XXXIII

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Fue el día en que Eacker vio a Theodosia caminar por la calle con compañía de Susan cuando las cosas se tornaron turbulentas para ellas y para el joven Hamilton.

Las dos chicas salían de la biblioteca con los brazos entrelazados amistosamente, Philip iba con ellas, sosteniendo la cintura de Theo y besando de vez en cuando sus labios, Susan sonreía al verlos tan felices.

Sin embargo, la maliciosa sonrisa de George fue mil veces más grande que la que esbozó la joven Reynolds.

De amor, odio y otras tragedias | PhildosiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora