Capítulo 5.

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Lorenzo.

No dejaba de pensar en ella.

Hace una hora con exactitud había pasado por miles de estados juntos, desde que ella ingresó a la habitación de su hermano, mi mirada se quedó varios segundos en sus preciosos y grandes ojos celestes, no sólo me cautivó su belleza sino esa diversión y espíritu libre que desprendía a su alrededor la hacia ver única.

Lo voy a decir fácil, Chloe O' Donnell me voló la cabeza en segundos, con ella me había reído y sobre todo no podía dejar de pensar en ese abrazo.
Venía de largas semanas agotado tanto físico como mentalmente, llevaba tanto sobre mis hombros que a veces no media ni tenía tiempo de pensar un poco en mi vida, esta bien que últimamente todo a mi alrededor era un desastre pero en eso minimos segundos con Chloe había cambiado todo y no se que me llevó hacerlo pero no me arrepentia para nada haberle pedido ese lindo gesto que ella sin decir nada lo hizo.

Era como si ambos necesitábamos ese abrazo.

Todo fue tan raro y difícil de explicar que me costaba mucho encontrar las palabras justas para lo que sucedió.

Dejando de lado mis pensamientos era momento de enfocarse en lo importante de esta noche y eso es la cita secreta de Olivia y Adam, estaba mal que la engañemos pero creo que todo valdría la pena al final de esa cita que llevan años postergado.

La idea era que la busque por su casa y enfrente al padre de ella, tenía muchos comentarios sobre Nicholas Salvatore y sobre como se vuelve loco con el tema de cuidar a su hija de cualquiera que se acerque a ella, lo entiendo porque el día, bueno si en algún momento de mi vida tengo una hija también la voy a proteger de cualquier bastardo, a veces había que  entender a los padres y ese afán de proteger a sus pequeñas. Lo he visto a mi padre con Maddie se que le duele no haberla cuidado meses atrás impidiendo todo lo pasó pero ahora no le quitaba los ojos de encima a mi hermana tratando de impedir que alguien la vuelva lastimar por eso no le caía de todo bien Owen, el chico este que pasa mucho tiempo con ella pero es hasta que vea lo que yo estuve observando, muy lentamente comenzada a nacer un amor sano y que le enseñará a Maddie lo que es verdaderamente amar, creo que él será la gran salvación de mi hermana.

Dejando todo de lado bajo de auto para caminar rumbo a la puerta de la casa de la familia Salvatore, a penas toqué el timbre la puerta se abrió dejando a mi vista a un hombre que tendría la edad de mi padre vestido todo de negro, una campera de cuero, su cabello peinado hacia atrás y llevaba un bate sobre sus hombros. No sabía si reír o que pero su actitud me hizo mantenerme serio ante la penetrante mirada del señor Salvatore.

- Buenas noches - saludo.

- ¿Así que eres tú? - inquiere con rabia moviendo su bate.

- Me presento como se debe señor Salvatore - estrecho mi mano. - Lorenzo Meitzner - agrego de forma cordial.

La cara del señor Salvatore cambia radicalmente y frunce su ceño con una completa confusión al escuchar mi nombre.

- ¿Meitzner? - pregunta y sólo muevo la cabeza afirmando sin borrar mi gran sonrisa. - ¿Qué eres de Christopher y Dominic Meitzner? - consulta.

- Bueno, Christopher es mi padre y Dominic es mi tío - respondo a su pregunta.

Si conocía a mi padre con sólo mirarme se daría cuenta nuestro parecido, todos somos parecidos a él hasta el carácter suyo teníamos aunque lo había aprendido a controlar a veces por ahí volvía ese carácter tan volátil que es característico de nuestra familia.

- Conozco a esos locos - dice cambiando su cara de enojada por una sonrisa. - Jugamos al golf juntos, tu tío está más que loco - acota palmeando mi hombro con confianza.

Sin esperarte (3° PA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora