Capítulo 4.

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Chloe.

¡Estoy a nada de colapsar!

Dentro mío tenía mucha angustia, mi padre con su afán de no seguir ningún tratamiento y planeando libremente su muerte como si nada, mi insoportable madre exigiendo cosas sin sentido, yo sabía al cien por ciento como es mi hermano y podía poner hasta mi vida entera asegurando que él nunca haría nada malo para perjudirme.

Estas semanas no han sido las mejores de mi vida.

Tengo un estrés que en verdad necesito vacaciones las cuales Adam me negó por completo, pero tenía que seguir trabajando ayudándole para que se adapte al ritmo del centro comercial.
Hoy fue la excepción que me dejó a cargo de todo porque necesitaba resolver problemas personales, sabía que su problemita tenía nombre y apellido, la única mujer que lo vuelve loco desde casi toda su vida.

Cuando apenas llegué a casa lo primero que me quité fueron los tacones, tenía un dolor de pie tremendo, podía sentirme sexy todo los días con ellos pero al finalizar el día siempre terminaba con pequeños dolores en el empeine de mis pies.

Riesgos que hay que tomar para ser lindas.

Observo un papel en la mesa y me acerco a leer para llevarme la sorpresa que mi padre había viajado a Miami sin por lo menos tener la decencia decirnos en la cara, capas mi hermano lo sabía y por eso subí directo a su cuarto para pedirle explicaciones.

No toqué directamente entré para encontrarme con la intensa mirada de un hombre sentado en un sillón mientras mi hermano hacia que se yo que cosa enfrente del espejo.

- Adam - digo sin poder quitar mi mirada del impresionante hombre que tenía enfrente mío. - No sabía que estabas acompañando - acota sin ambos dejar de mirarnos a los ojos.

Es como el hombre soñado, sus intensos ojos grises eran exóticos, nunca conocí a alguien con ese color tan hermoso, su pelo rubio oscuro, su barba bien arreglada, ese atuendo que tenía, sin dudes una cosa super exquisita.
Quería que me lo envuelven para llevarlo a mi cuarto.

- ¿Qué quieres Chloe? - espeta mi hermano molesto.

- ¿Dónde están los modales? - murmuro sonriendo tratando de ser un poco más cortes que Adam. - Como mi hermano no nos presenta lo haré yo ... Chloe O'Donnell - culmino algo avergonzada por mi tono chillón de voz que tuve.

¡Tonta!

Mi sorpresa se agranda cuando el hombre en cuestión se levanta del sillón tomando mi mano para depositar un beso. No podía salir de mi asombro mirando esos preciosos ojos grises.

- Lorenzo Meitzner - se presenta con una gran sonrisa.

Algo impedía que nos dejáramos de mirar, parecían que nuestros ojos fueran imanes que se atraían mutuamente, nunca había experimentado algo parecido pero me gustaba sentir su mirada y como mi corazón latía fuertemente observandolo.

- Tienes unos ojos preciosos, nunca he visto ese color - eso sale de mi boca y juro que quiero que la tierra me trague ahora mismo. ¡Tonta!

- Gracias, tu eres muy hermosa - dice con una gran sonrisa que me contagia.

- Si quieren pueden irse de mi habitación - la cortante voz de mi hermano nos saca de nuestro momento para que ambos lo miremos y le dedique una fulminante mirada por ser tan malhumorado.

- Disculpa los modales pero es un idiota desde que nació - acoto suspirando.

- Me he dado cuenta de eso desde el día en que lo conocí - comenta provocando que suelte una tonta risita que Lorenzo acompaña conmigo mientras nos burlamos de mi hermano.

Sin esperarte (3° PA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora