Lorenzo.
Años después.
Ser cinco es bastante problemático cuando todos quieren dormir en la misma cama dejándome casi fuera de ella pero no podía dejar de sonreír mientras observaba como dormían casi todos aferrado a su madre.
Ella se veía hermosa.
Nuestros hijos son hermosos.
Luego de cuatro años siendo una familia de tres habíamos decidido que era el momento justo para darle un nuevo hermanito a Katherine y vaya que nos sorprendió la vida cuando en esa primera ecografía nos mostraron que no solo esperábamos un bebé sino que eran dos algo muy común en la familia Meitzner.
Caleb y Derek llegaron al mundo para hacernos más feliz y sobre todo para enseñarnos que la vida es un total desafío cuando son dos bebés, pasamos de todo con Chloe y todavía nos seguimos acomodando porque todos los días se aprende algo nuevo.
- ¿Por qué saliste de la cama? - me pregunta mi esposa abrazándome por atrás.
- No entraba más - respondo tomando su mano para dejar un beso.
- Pronto los sacaremos de la habitación - afirma ella con convicción.
- Llevamos un año tratando que los gemelos salgan de nuestra cama - acoto girando para mirarla a los ojos.
- Son muy pequeños - responde haciendo un mohin.
- Tienen dos años - alego sabiendo cuál es la respuesta.
- Son mis bebés - se justifica.
Los gemelos nacieron prematuros y estuvieron dos meses en neonatología hasta que maduraron sus pulmones y lograron el peso exacto para darlos de alta, por eso los pequeños tienen un extremo cuidado además Chloe es una mamá bastante intensa.
- ¿Y Katy por qué no duerme sola? - inquiero poniendo mis manos en sus caderas.- No quiero que se sienta mal o piense que ella no nos importa - dice con tristeza.
- Chloe, nuestros hijos necesitan crecer tener su espacio así como nosotros el nuestro -
- Eres malo - suspira - pero tienes razón - agrega parándose en puntitas de pies para llegar a mis labios.
- Te amo, cariño - sentencio atrayendo su pequeño cuerpo al mío.
- ¡Mami! ¡Papi! - se escuchan las voces de los niños que nos obliga a separarnos.
- Con cuidado Caleb - dice Katy y se que ella está ayudando a sus hermanitos a bajar las escaleras.
Caleb es el más rebelde y un terremoto andante mientras que Derek es más tranquilo y metódico, dos personalidades completamente diferente que en un futuro me darán fuertes dolores de cabeza, si salen como mis primos o mis hermanos ya tendría que empezar a contratar los servicios de mi prima Amy para que me ayude en un futuro.
- ¡Mami! - gritan al verla y corren hacia ella.
- Hola papi - me saluda mi princesa y yo me agacho un poco para que ella bese mi mejilla.
- ¿Quién quiere ayudar a preparar el desayuno? - pregunta mi esposa.
- ¡Yooo! - gritan los gemelos.
- Paso - contesta Katy sentándose a mi lado.
- Como quieran amargados - se burla Chloe sacándonos la lengua divertida.
- Ellos destruirán la cocina - asegura mi hija con su ceño fruncido.
- Tu mamá sabe controlarlos - afirmo observando cómo pone banquitos para que ellos esten un poco cerca de la mesada así la ayudan.
- ¿Papá puedo hablar contigo? - murmura Katherine a mi lado.
- ¿Qué sucede pequeña? - pregunto preocupado.
- Julian y Nicholas me pidieron que fuera su novia pero a mí me gusta Noah - sus palabras me dejan en shock.
Todavía no estaba preparado para eso, es decir mi hija a penas tiene seis años para estar pensando en esas cosas y la risa de Chloe solo confirmaba que escucho nuestra pequeña charla. Me espera un gran dolor de cabeza en un futuro, creo que tendré canas antes de tiempo.
- Primero Noah tiene el doble de tu edad - afirmo ya cayendome mal ese niño. - Eres pequeña para pensar en esas cosas - agrego observando sus preciosos ojos grises.
Los tres son minis calcos míos con la diferencia que tienen una linda combinación de carácter heredado del lado de los Meitzner y los O'Donnell.
- Lo sé papá - afirma mi hija. - además yo solo te amo a ti - sentencia provocando una gran sonrisa.
- ¿Solo a tu padre? - interviene Chloe.
- A tí también mamá - contesta bajando de su silla para ir a donde ella está.
Sonrío observado la hermosa familia que tenía.
Nada más lindo que ellos.
Chloe sin esperarlo había cambiado mi mundo solo para mejor.
No podía imaginar mi vida sin ellos.
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Sin esperarte (3° PA)
عاطفيةTercer libro de la Saga Pasión Alemana. A Lorenzo le gustaba su vida ordenada, por decir algo monótona, aunque pensará que la adultez le estaba llegando más rápido de lo que imaginaba porque ya no era ese chico de dieciocho años si no un hombre de v...