CAPÍTULO 5.

25.9K 689 66
                                    

El Sr. Hamilton.

(Alana)


Ya vestida y lista para mi cita con Ethan salgo de mi cuarto con un humor terrible. ¿Quién se cree que es el idiota de mi hermano? Maldito. No puedo creer que me haya tratado de esa manera. Vamos, entiendo que yo no le gusto ni nada, ¿pero era necesario que me lo restregara en la cara con tan poco tacto? Aún recuerdo el dolor que me han causado sus crueles palabras.

"Y no seas tan descarada, Alana... Vístete, que no hay nadie interesado en ver tu cuerpo..."

¿En serio piensa eso de mí? Por supuesto, por eso es que me ha rechazado esta mañana. Y de seguro estaba medio dormido cuando le hice la mamada. Claro, todos los hombres son malditamente iguales. Apuesto a que no quiere ir a ese viaje con la familia, entonces que se vaya a donde ya sabemos. Pero que conmigo no joda. Voy a hablar con mi padre y le diré que lo deje libre de ir a la cabaña de vacaciones con nosotros. Él me lo dejó en claro la noche anterior. No quiere nada que tenga que ver conmigo. Y lo entiendo. Porque, oye, él es mi hermano. Tal vez no de sangre, pero sí es el que ha estado para mí desde que tengo memoria y vaya si no hizo su mejor esfuerzo en su papel de hermano mayor todo el tiempo del que fue capaz. Y digo esto, porque eso fue hasta que cumplí quince.

Un día me dijo: "Hermanita, ya tienes quince, ya puedes cuidarte sola".

Y así como así, me ignoró como si no existiera. Hablábamos porque vivimos en la misma casa, pero él siempre se iba con sus amigos, con sus estúpidas noviecitas y luego me dejaba a mí tirada cuando yo quería hacer algo con él como siempre lo hacíamos. Jugar al Xbox, mirar películas acurrucados en la cama de su habitación, dormir juntos en su cuarto todas las noches o simplemente jugar por toda la casa a las atrapadas y escondidas. Entendía que ya no éramos unos niños, pero, ¿qué le costaba divertirse conmigo? ¿Qué se le dañaba exactamente al divertirnos juntos?

Así que ahora, cuando estoy irrevocablemente enamorada de él, decide rechazarme. Pues que no me joda. No volveré a acercármele. Apuesto a que debe estar pensando lo peor de mí ahora mismo. Pero no sería raro, él siempre piensa mal de mí. ¿Cuándo me ha dicho algo lindo en los últimos años? Nunca. Ni una sola vez. Siempre me está fastidiando e hiriéndome con sus comentarios llenos de furia injustificada y con la irritación en su tono de voz cada vez que se dirige hacia mí.

Pero ya me tiene harta.

¿No quiere ir de vacaciones con su familia? ¡Bien! ¿No me quiere cerca de él? ¡Maravilloso! ¿Me odia injustificadamente y le irrita ver mi cuerpo? ¡Excelente! No voy a tener que verlo más. Voy a hablar con papá y le pediré amablemente que le retire el castigo a Axel y que no lo obligue a ir con nosotros o a dormir conmigo. Que se pudra en el maldito sofá de la sala de estar. Y así podrá irse a la maldita ciudad de Miami con sus putas y sus estúpidos amigos. Pero que me deje en paz. Ya me cansé.

Estoy en la operación: "Olvidar a Axel".

Y, según yo, el paso uno es... Salir con un chico lindo. Es ahí donde Ethan entra en escena y hace su debut. El pobre chico sólo es un maldito erudito, aunque admito que uno extremadamente guapo, en matemática pura, y por eso lo estoy usando para que me explique unos ejercicios que ya entiendo de sobra y para que me ayude a olvidarme de mi hermano. Es un buen chico y sé que no se merece que lo use o lo manipule a mi antojo, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.

En fin, buscaré a mi padre antes de que Ethan llegue.

Caminando por el pasillo, estoy a punto de bajar las escaleras e ir al despacho de mi padre donde pasa la mayor parte del tiempo cuando está en casa, pero lo veo de lejos entrar apurado a su habitación. Con una gran sonrisa en mi cara, camino hacia el cuarto de mi padre y sin pedir permiso o tocar la puerta, entro a su cuarto, pero me arrepiento al instante.

Tras Puertas Cerradas. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora