Tras Puertas Cerradas. (+18)

CAPÍTULO 38.

Despedida: Gang Bang*.

*Un Gang Bang consiste en varios hombres que tienen relaciones sexuales con una mujer sucesivamente.

(Se recomienda discreción. XD.) 😘

(Axel)

Cuando volvimos de Miami, mi padre se preocupó.

Pensó que yo había sido botado de la banda, pero sinceramente, ellos serían los que me perdieran. Y no es por presumir, pero los chicos necesitan de alguien que les ponga disciplina y ninguno de ellos puede hacer el papel de líder tan bien como yo, ellos mismos lo reconocen, porque son una partida de niños pequeños. El punto es que tuve que explicarle a mi padre con lujo de detalles que Tamara tuvo problemas con Alana debido a mí y que por eso no pudimos permanecer otro día más en Miami. Desperdiciamos la oportunidad de estar en uno de los mejores hoteles de Miami por una semana más a causa de Tamara y los celos de mi chica, pero creo que fue lo mejor.

Es muy posible que Alana y yo hubiéramos terminado peleando.

Y no quiero eso.

Ahora mismo, estamos en la sala de estar, reunidos en familia y viendo una de las películas favoritas de Alana: Magic Mike. Y no es que a mí me guste mucho, pero me encanta ver sus ojos brillar. Hace más de una hora que acabamos de cenar, comida japonesa que el tío Kaled pidió a domicilio, así que ahora simplemente estamos pasando el tiempo antes de ir a dormir. En las manos de cada uno de los hombres aquí presentes hay una cerveza y mi chica tiene una copa de su vino favorito, con la cabeza apoyada en el regazo de mi padre y sus piernas apoyadas en mi regazo, extendida en el sofá más amplio. El tío está en un sillón individual y los mellizos comparten otro sillón.

El ambiente es ameno y armonioso.

Pero estoy malditamente aburrido.

No falta mucho para que se vayan el tío y los primos de vuelta a Canadá y siento que una cena no fue suficiente como para ser considerada una despedida en toda regla. De todos modos, ¿qué podría ser lo más adecuado?

...

Entonces, recuerdo aquel juguete que compré hace tanto tiempo en un arranque de locura con Dylan y una idea maravillosa llega a mi mente. Me bebo el resto de la cerveza de un solo golpe y luego me inclino hacia abajo para darle un beso a uno de los muslos preciosos de Alana.

―Vuelvo en un momento, pórtense bien ―anuncio de repente, ocasionando que los ojos de todos los presentes se depositen sobre mí.

―¿A dónde vas? ―Alana frunce el ceño, encantada cuando mi padre acaricia su cabello como cuando era una niña.

―Ya lo verán ―digo simplemente, colocándome de pie cuando Alana recoge sus piernas―. Ya vuelvo.

Salgo rápidamente de la sala de estar y subo las escaleras de dos en dos, completamente emocionado por lo que se me acaba de ocurrir. Sé que a los chicos les encantará y a mi chica, ni se diga. Mientras llego a mi habitación, me pongo a pensar en un buen lugar para instalar el juguete. Llego a mi cuarto, me dirijo a mi clóset y en uno de los cajones más ocultos, empiezo a buscar lo que necesito. Saco todas las partes y tomo el maldito manual de instrucciones.

Oh, vaya, no es tan difícil...

El columpio sexual contiene un arnés para la parte trasera, uno para la parte delantera, y dos argollas para las piernas, todo forrado y reforzado. Está fabricado con acero reforzado, dispone de un muelle para la tensión y un gancho con tornillos para sujetarlo en el techo. No debe ser tan difícil, así que decido ponerlo en mi habitación, después de todo es una de las más grandes. Voy a la cochera por las herramientas olvidadas de mi padre y me encargo completamente de instalar el jodido columpio al techo de mi cuarto, recordando las lecciones de bricolaje que el tío Kaled me dio cuando era niño.