CAPÍTULO 30.

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Todo Sale Mal.

(Alana)

Algo va mal.

Frunzo el ceño cuando alargo mi brazo por la cama y no encuentro un cuerpo fuerte, caliente y musculoso a mi lado. Abro mis ojos de inmediato y me incorporo desnuda en la cama para observar alrededor. Ni rastro de Axel. ¿Dónde demonios se habrá metido?

Hoy es mi día y ya lo empiezo mal.

Si, hoy es mi maldito cumpleaños.

Viernes 11 de Julio, para ser exactos.

Hemos pasado más de una semana en la cabaña y la diversión no se ha detenido ni un momento. Desde aquella noche en la que Axel me compartió con los chicos, estos no se han detenido y Axel tampoco. No sé cómo le hace para recrear las mejores fantasías y hacerlas realidad con ellos. Si no estaba él follándome frente a ellos, estaban ellos follándome frente a él, con el dentro de mi boca o con su rostro en mi coño. Todo este tiempo en la cabaña ha sido una locura.

Y me encanta.

Pero ahora mismo, no sé por qué presiento que algo va a salir mal.

Me levanto de la cama a regañadientes y corro al baño para tomar una larga y relajante ducha.

Abro el grifo y me pongo bajo los chorritos divertidos rápidamente, dejando que el agua me lave completa. Mis pensamientos se dispersan y creo que toda esta situación me parece muy extraña. Se me hace muy raro que Axel no esté a mi lado. Últimamente siempre está allí hasta que abro mis ojos y lo primero que veo es a él, hermoso y sólo mío.

Me siento rara sin él a mi lado.

Y no sé si eso es bueno o malo.

Sacudo lejos de mi mente esos pensamientos y decido que no va afectar el hecho de que él no esté ahora mismo conmigo, tal vez en esta ducha, bañándose a mi lado. Debe estar abajo con los demás. Sí, eso es. Con nuevas esperanzas infundadas, salgo de la ducha, seco mi cuerpo con una de las toallas, me coloco una alrededor de mi cabello húmedo y salgo desnuda a la habitación para vestirme.

Es un día especial, así que me voy a poner algo muy cómodo, pero también muy lindo. Quiero hacer que mi chico flipe. Me coloco una blusa negra de tirantes y una falda roja con cordones que se amarran sobre los muslos. Esta me hace dudar un poco en si ponerme o no ropa interior por lo que podría marcar o resaltar por las aberturas que deja ver mi piel, así que simplemente me coloco unas delgadas y diminutas tanguitas negras de algodón. Complemento mi atuendo con unos zapatos de tacón delgado que deja mi pie al descubierto.

Salgo de la habitación sin prisas, bajo las escaleras despacio para no caerme y finalmente llego a la cocina, esperando encontrarme con Axel o con uno de los chicos en el camino. Pero no encuentro a nadie. Extraña, frunzo el ceño mientras empiezo a prepararme el desayuno. Tengo unas repentinas ganas de comer pepinillos.

Saco del refrigerador un frasco de pepinillos que tiene una etiqueta con el nombre de Félix sobre el vidrio y al ver más abajo un recipiente con queso crema, lo saco también. Agarro un tenedor y un plato y me siento sobre la barra de la cocina. Es entonces cuando veo una nota sobre la madera y la fina caligrafía de mi hermano resalta en ella. Intrigada, la abro y leo:

Nena, Fréderick se quedará en casa contigo.

El resto tuvo que salir un rato a atender unos asuntos que surgieron de imprevisto.

Yo me reuniré con Dylan para tratar algo de la banda, hizo un viaje de emergencia desde Miami.

No te preocupes, llegaremos en la tarde.

Tras Puertas Cerradas. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora