Compañeros - Kookmin

Catorce

En el horario del almuerzo, después de mi vergonzoso momento en clases, Hoseok y yo estábamos comiendo en el comedor como todos los días. Mi amigo no dejaba de hacerme preguntas para saber más detalles sobre mi lujuriosa noche con Jungkook. Pero era difícil hablar sobre eso, no podía, no cuando tenía a Jungkook sentado a un par de mesas de nosotros almorzando también. Y mirando en mi dirección.

Era la primera vez que lo veía en el día pero no iba a acercarme para hablar sobre lo ocurrido en ese momento, no era el lugar adecuado.

Hoseok insistió en que fuéramos a comer a su lado pero eso solo lo volvería más incómodo.

Así que estábamos allí mirándonos como dos tontos a la distancia.

Pero a diferencia de mí, él no se veía nada alterado. Se veía relajado y tranquilo. Eso me desesperaba más.

- Insisto en que deberías ir a hablar con él. - me dijo Hoseok.

- Ahora no. Porque no puedo decirle todo lo que me gustaría delante de todos.

- Ay Jiminie, no sé por qué estás tan ofendido cuando anoche la pasaste tan bien. Te libraste del aburrido de Yoongi y te conseguiste otro chico en el mismo día. Tú sí que decidiste no perder el tiempo.

- A ver, que yo no planeé nada de todo eso. Simplemente pasó.

- ¿Y desde cuándo tú eres tan impulsivo?

- No lo sé, Jungkook me pone así, no sé por qué.

- Ah del odio al amor hay un solo paso, mi amigo. - rió Hoseok.

- Tal vez, pero ahora estoy molesto con él. ¿Por qué diablos se ve como si no le importara nada? Solo míralo! Allí sentado, comiendo tan tranquilo como si anoche no se hubiese corrido en mi puta mano.

- Diablos, Jimin, estamos comiendo.

- Tú querías detalles, ahí los tienes!

En ese instante Jungkook terminó su comida y estaba dirigiéndose hacia la salida. Pero no a la que daba hacia los dormitorios, sino hacia afuera del campus. No sabía dónde iba, pero presentía que no iba a verlo por un buen otro rato. No podía dejarlo escapar más tiempo, así que me levanté y fui tras él.

- Oye! - le grité. - Alto ahí!

Jungkook se detuvo y volteó a verme. Una sonrisita de esas típicas presumidas suyas decoraba su rostro.

- ¿Qué pasa, Jimin-ssi?

- ¿Qué pasa? Después de lo de anoche, ¿eso es todo lo que vas a decir?

- ¿Qué quieres que te diga?

- Pues...para empezar, ¿por qué rayos no me despertaste esta mañana? ¿Acaso saliste más temprano?

- No. No escuchaste el despertador. Supuse que tenías mucho sueño y te dejé dormir.

- Por tu culpa llegué tarde a clases! - me quejé aunque aquello que me dijo había sonado un tanto ¿tierno?

- No es mi problema. - no, definitivamente no estaba siendo tierno. - No es mi responsabilidad levantarte como a un bebé.

Okay, eso era cierto y no lo pude contradecir. Así que decidí cambiar de tema.

- Bueno...¿y qué hay...de anoche?

- ¿Qué con eso?

- Ya sabes. ¿Qué mierda fue todo eso?

- ¿Qué? ¿Perdiste la memoria o algo por el estilo?

Ahora sí me estaba enojando. 

- A ver, si tanto te haces el chistoso, quiero una explicación no gay para lo que hicimos.