Veinte

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Jungkook de verdad había intentado contenerse, pude notarlo. Pero cuando le pidió al mocoso ese que se disculpara conmigo por lo que dijo, y éste no lo hizo, supe entonces que ese sería el momento en que todo se iría al carajo. No solo que no se disculpó, sino que volvió a repetir la palabra marica bien enfrente de mi cara, a propósito.

Yo también estaba enojado, pero Jungkook estaba en otro nivel, se desquició por completo. Agarró al chico de la ropa y lo golpeó tan fuerte en la cara que hasta pude escuchar el sonido de un hueso rompiéndose. Cayó al suelo, y vaya susto que me di cuando no lo vi moverse más. Los otros dos también se asustaron y miraban a Jungkook con pánico.

En ese momento no sabía a quién prestarle más atención, a Jungkook para evitar que atacara a los demás, porque vi en sus ojos todas las intenciones de hacerlo, o al chico que yacía en el suelo aparentemente inconsciente.

Era como si no pudiese reaccionar, no sabía qué hacer pero fueron segundos los que pasaron cuando finalmente el chico empezó a moverse y a escupir sangre, y entonces respiré aliviado al ver que por lo menos seguía vivo.

Jungkook estaba en otra realidad, pero cuando lo vio también su expresión cambió. Creo que se dio cuenta de lo que hizo, y se asustó.

Reaccioné y tomé su mano.

- Jungkook, vámonos de aquí. Ahora! - exclamé.

Tuve que prácticamente arrastrarlo porque estaba inmóvil. Empezamos a correr, lejos de la escena. Él no dejaba de mirar hacia atrás, pero lo no dejé volver. No podía, la gente ya se estaba acercando a ver lo que había ocurrido y a ayudar al chico, y si nos veían, alguien llamaría a la policía seguramente. No podía dejar que Jungkook se metiera en problemas otra vez.

La idea era correr lejos, bien lejos, y luego ver la manera de cómo regresar a la universidad. Pero en un momento Jungkook se detuvo, y entró a un callejón.

- ¿Qué haces? Jungkook, tenemos que alejarnos de la zona cuanto antes! - le dije.

Apoyó ambas manos contra una pared, al parecer intentando recobrar el aliento. Pero luego me di cuenta de que no era solo por eso por lo que se había detenido.

- Casi lo mato. - habló por fin. - Pude haberlo matado.

- Kook, lo siento. Yo...esto fue mi culpa. No debí proponer esa estúpida idea. - intenté acercarme a él, pero en seguida se alejó de mí.

- Era solo un niño...solo un niño.

- Estoy seguro de que él estará bien. Se recuperará. Solo lo noqueaste.

Nada de lo que decía parecía funcionar, es más, no parecía estar escuchándome siquiera. Solo se agarraba la cabeza y empezaba a moverse de un lado a otro. Estaba desesperándose, y entonces cuando empezó a gritar, tuve miedo. Jamás lo había visto así.

- Por favor, cálmate. - insistí pero no sirvió de nada.

Lágrimas caían de sus ojos, pero lejos de verse triste, se veía furioso. No pude reconocerlo. Era como si estuviese a punto de estallar. Y cuando finalmente lo hizo, unos tachos de basura que estaba en el callejón fueron los objetos que recibieron la descarga de su ataque de ira. Empezó a patear y arrojar cosas como un loco.

Seguí gritándole que se detuviera, pero era como si no existiera, solo estaban él y su dolor. Nada de lo que dijera parecía traerlo a la realidad.

En un momento, se dirigió hacia la pared y la golpeó con su puño, lastimándose, y como no parecía tener suficiente y siguió pegándole, supe que tenía que hacer algo cuanto antes sí o sí.

Compañeros - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora