Paciencia.

61 9 3
                                    

Había pasado tres horas desde que deje a Judy con Mike. media hora tarde de lo acordado. Los últimos rayos de luz se ocultaban y yo corría desesperado al parque donde quede de pasar por Judy (espero que no haya regresado sola a la casa, de lo poco que conocía de ella me metería en problemas) llegué al parque, pero el poco alumbrado del lugar no me dejaba diferenciar entre las pocas personas que había en ese momento. Empezé a gritar su nombre mientras revisaba el lugar donde la había visto por última vez. Entre más me acercaba, empezaba a escuchar su voz y la de Mike. Su voz sonaba suave y delicada. Podía oír sus voces ocultas en alguno de los juegos de madera del parque. me dirigí hacia donde provenían. caminaba lento, no quería encontrarlos en momento de intercambio de saliva, sus voces parecían hablar bajo, era como si ella se negara hacer algo mientras reía, y él, insistía riendo de igual manera. Ya no pude resistir sus voces cursis así que me asomé a uno de los juegos de madera. por fin los había encontrado, pero besándose. Al ver a Judy  besando a Mike, es como haber visto a una bella princesa besando un frío y putrefacto cadáver con los labios carcomidos con el alma echa pedazos.

—Qué asco —dije mientras tapaba mí cara.

—¡Oye, niño, no puedes venir así sin previo aviso! —dijo Mike.

—Creeme que no me interesa ver lo que hacen, solo vine por Rose—le contesté a Mike.

—Largate un rato más, estamos ocupados —respondió Mike.

—No, ya ha pasado mucho tiempo. Es hora de regresar a casa —dije.

—Esta bien Mike, el niño tiene razón. No comas ansías, podemos vernos mañana —dijo Rose mientras daba besos en el flaco rostro de Mike.

—Esta bien muñeca, pero no me hagas esperar mucho. Mañana estaré disponible por tí y te invitaré a un viaje especial. Y tú —dijo Mike, señalandome con el dedo firme—. Más vale que no te metas con ella o te daré la golpiza de tu vida ¡entendiste!

Podía estar tranquilo, ya que ella no me interesaba en lo más mínimo. No respondí al comentario de Mike, Judy se despidió de él para después  dirigirnos a casa. Ibamos caminando por un vecindario solitario durante la noche, solo la luz de la luna y el alumbrado del vecindario nos acompañaba Durante el camino. ella me contaba como se había divertido con Mike; no ponía tanta atención a temas que ni me van ni me vienen, pero ella no dejaba de parlotear. No tenía idea del porqué me contaba, no era de mi interés y creo que había olvidado por completo que dijo que no me me acercara ni intentara socializar con ella. caminaba y cambiaba sin decir nada, hasta que ella preguntó:

—¡Ey!, Tienes cara de que una chica te batió, te tiró al suelo, te levantó y después te volvió a tirar. Dime ¿me estás escuchando?

—¡Con un demonio, Rose! No me interesa lo que hicieron y lo que no el día de hoy. Por favor, no me comentes nada de eso —contesté molesto.

—Uy, perdón, ¿Te da celos?  —dijo mientras se reía.

—¿Celos? ¡Ja! ni un poco —contesté

—Espera —Judy se colocó en frente de mí y acercó su nariz hacia mi cuello. Empezó a olfatear, quedé sin palabras con ese extraño comportamiento que ningúna otra chica había visto recrear.

—Hueles a perfume de chica. Ah... ahora comprendo. ¿Estuviste con una chica, eh? Anda, dime de quién se trata, tortolito —insinuó ella sonriendo.

—Qué te importa —respondí inmediatamente.

—Markus ¿Eres gay? —preguntó ella.

—No.

—Entonces cuéntame todo, o quieres que pregunte de nuevo —respondió ella.

—No, claro que no soy gay... Esta bien, sí, estuve con una chica. Y qué —contesté.

Media noche 🌃 Mi DilemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora