Las hermanas Jobs.

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Habíamos llegado al vecindario dónde se encontraba la casa donde sería la reunión. Escapaba de Carlos, quién quería cobrarse la última broma que le había hecho, y no se me ocurrió mejor lugar para escapar que la comodidad de la casa de las hermanas Jobs. Me detuve en la puerta y toqué el timbre, esperé a que alguien saliera vigilando mis lados, cuando se abrió la puerta la primera en salir fue Jeniffer, que tenía las manos sucias con masa para galletas.

—¡Markus! —dijo Jeniffer saludándome con un beso.

—Hola, Jeniffer ¿Cómo estás? — contesté.

—Bien, gracias ¿Y tú? ¿Veniste solo? —cuando iba a responder a su pregunta, Carlos y Diego entraron a la casa empujándome con mucha fuerza, callendo al piso dentro de la casa en los pies de Jeniffer. Ella quedó asombrada al ver lo que Diego y Carlos habían hecho (Jamás entendería lo que era tener que soportar a ese par) y al verme tirado, ella me ayudó a levantarme.

—¿Oh dios estás bien? —pregunto Jeniffer.

—Sí.. estoy bien, ¿¡por qué hicieron eso!?

Miré a Carlos y Diego mientras me levantaba.

—Ya la tenía preparada para tí, Markus —dijo Carlos

—Una venganza justa ¿Te gustó? —afirmó Diego.

—¿Los chicos, suelen ser así siempre de bruscos? —Pregunto Jeniffer.

Había olvidado cuando había dejado de ser divertido ese estúpido juego entre Carlos, Diego y yo. Sus bromas eran cada vez más pesadas, de un simple susto pasamos a esto. Ya tendría tiempo para planear algo y regresarles la broma. Después de eso entraron Andy, Jessica y Anna a la casa, viendo lo que Carlos y Diego me habían hecho.

—¡Hola guapas! —dijo Jeniffer a las chicas —. Me da mucho gusto verlas de nuevo ¿Cómo han estado?

Jeniffer empezó a saludar a todas la chicas de beso.

—¿Muy bien y tú, princesa? —dijo Anna.

—¿Lista para la fiesta? — preguntó Andy.

—No es fiesta, Andy. es una reunión de compañeros —dijo Jessica.

—No, no dilo bien, Jessie. Es fiesta —dijo Jeniffer.

—Bueno, somos adolecentes hermanas de otra madre. Si yo digo que es fiesta la pasaremos muy bien.

—Oye, Jeniffer no quiero sonar ansiosa ni en lo más mínimo, pero ¿Donde esta Sandy? — Pregunto Andy.

Una voz femenina con un tono emocionado, salió de la casa, Sandy la Hermana mayor de la familia Jobs, era la novia de Andy Coleman. había cambiado físicamente, aumento un par de centímetros más, su cuerpo era más esbelto y su cabellera larga y quebrada había tenido un ligero cambio de color de rubio a café claro. Enseguida vió a Andy. Corrió hacia ella gritando y riendo.

—¡Aquí estoy mi preciosa niña!    —Sandy saltó sobre Andy para abrazarla y recibirla con un enorme beso después de tanto tiempo sin verse. Andy y Sandy: dos chicas con nombres similares, pero con actitudes completamente diferentes. Habían hecho el eco en la preparatoria Bulls De Survilla cuando Andy había empezado a salir como compañera de Sandy. Y lo que empezó como un rumor se hizo oficial, las chicas eran pareja sentimental desde ya hace 1 año; algo qué, para ser honesto, nunca esperé ya que Andy era la chica con mayor obsesión hacía los chicos guapos. Sin embargo ambas chicas se convirtieron en almas gemelas y desde su primer beso, ellas habían alcanzado un nivel de amor nunca antes visto en el grupo de amigos.

—Te eché de menos, preciosa —dijo Andy besando a Sandy.

—Y yo a tí mi güerita preciosa, te extrañé mucho —contestó Sandy, felizmente—. Me da mucho gusto que hayan podido venir, ya los echaba de menos a todos.

Media noche 🌃 Mi DilemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora