Llegando a tiempo

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Estaba en la habitación de mis padres poniéndome el traje que usaría esa noche. La misa de la boda estaba a una hora de iniciar, así que, mamá se fue a buscar a su mejor amiga y nos dejó a Judy y a mí con los abuelos. Aún me parecía una locura que el abuelo a su edad aún pueda conducir. El dice que está viejo, pero no idiota. No sé si eso tenga sentido aún, soy demasiado joven para preocuparme por la vida, sin embargo, todo en esta vida es una experiencia. Me veía al espejo del guardarropa, con la camisa desabotonada y sin pantalones, pesando en que moño se vería mejor para la ocasión y preguntándome si realmente vale la pena molestarse en lucir bien para lo ocasión, ¡Pero por Dios!, que estoy diciendo, me dije a mi mismo. Claro que lo vale, he tenido una semana bastante revuelta y que mejor que un evento familiar para disfrutar. Necesitaba una segunda opinión sobre el moño que usaría ese día. Judy se encontraba en mí habitación poniéndose el vestido, bastó con cruzar el pasillo y tocar la puerta de mi habitación para que me diera su opinión y de paso saber si estaba lista o casi lista.

—Judy, ¿Estás lista? Necesito tu opinión sobre el moño del traje —dije.

—¡Aún no estoy lista, regresa después! —gritó ella.

Quise abrir la puerta de mí habitación, pero estaba cerrada con con seguro. movía el picaporte intentando abrir sin ningún éxito.

—Judy, ¿Sucede algo ahí dentro?

—No quiero que me veas con vestido, ¡No me gusta! —dijo ella desde la habitación.

—Judy, ya habíamos hablado de eso, nadie te va a juzgar si usas vestido o no —respondí tocando mi rostro.

—¡Si ya se qué nadie le importará si uso vestido, que soy chica y es normal en mí. pero desde que salí de la escuela primaria, jamás volví a usar vestido. Me recuerda los tiempos cuando era ñoña, gorda y usaba lentes! —contestó ella con un tono dramático. Ese comentario fue tan innecesario, ella jamás me había contando eso, pero de igual manera me sorprendí por su notable honestidad y creo que todos pasamos por algo vergonzoso en nuestra vida.

—Nunca me habías dicho eso, ahora eso es pasado. Ahora eres linda, popular y sexy.

—¿Sexy? —preguntó ella.

—Quise decir: guapa, eres muy guapa y tienes una hermosa sonrisa —Respondí nervioso.

El picaporte giro y se abrió la puerta, ví el brazo de Judy sosteniendo con fuerza el cuello de mi camisa llevándome a dentro de la habitación, ella cierra la puerta de nuevo y voltea a verme. Ambos nos veíamos con asombro. Pero yo más a ella, el vestido estaba algo ajustado que forraba su cintura de una manera tan exacta, me gustaba ver esas caderas tan perfectas y ese aroma provocaba gran atracción hacía mí. Ella me mira sonriendo de arriba hacia abajo, estaba apunto de decir algo hasta qué soltó a carcajadas. Moví mi ceja confundido.

—¿Qué es tan gracioso, niña? — pregunté.

—estás en bóxers  —contestó ella riendo.

¡Oh dios!" dije al percatarme que no tenía puesto aún mis pantalones. Jale con fuerza la sábana de mi cama y la enredé sobre mi cintura, tapándome para que ella no siguiera viendo lo patético que lucía.

—Oye con calma, no es para tanto... creí que yo era la exagerada —dijo ella.

—Lo siento. Estaba tan apresurado que no me di cuenta que... Sabes, solo olvídalo. Luces genial  —elogié a Judy.

—Oh cierra la boca, me veo patética —exclamó ella viéndose al espejo.

—Eso diría alguien que sabe que luce muy bien... No te voy a mentir, me recuerdas mucho a alguien —respondí.

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⏰ Última actualización: Oct 28, 2022 ⏰

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Media noche 🌃 Mi DilemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora