Katakuri dio dos golpecitos en la puerta.
-Oye, pelirrojo. ¿Qué quieres para cenar? -preguntó.
-N... Nada, no tengo hambre. -respondió. El mayor se lo tomó como que le daba vergüenza.
-No pasa nada, no muerdo -tocó distraídamente las cicatrices de su cara y rió para sí mismo.
-¿Qué te hace tanta gracia? -inquirió Ichiji.
-Nada, te haré unos macarrones.
Cuando Ichiji salió tenía el cabello empapado, más aún, agarrado distraídamente con un bolígrafo. Se había quitado las gafas y temblaba. Se acercó a Katakuri, que estaba sentado en la mesa con una cerveza.
-¿Bebes? -preguntó.
-Hmm... No, soy menor -No dejaré que me emborraches.
-Como quieras. -Katakuri dio un sorbo. El menor se sentó a su lado en una de las banquetas de la cocina. La habitación era grande. Tenía una isla (donde estaban ellos) en el centro. Delante estaba la cocina, cocina y a la derecha unos ventanales. Detrás había un pasillo, por donde acababa de venir el pelirrojo y a la izquierda una puerta, al lado de unas escaleras. El mayor se levantó y le puso un plato de pasta delante, otro para él. Comieron en silencio. Entonces Katakuri pensó que si tenía a un desconocido en casa al menos tenía que saber porqué.
-Y dime, ¿Qué has hecho para que te saquen de casa? -inquirió con cuidado.
-Bueno, verás. Vivir con mi padre... Es un infierno. Tengo más hermanos, dos chicos y una chica viven conmigo y el último no sabemos dónde está. Es nuestra misión ir a por el este fin de semana...- Ichiji se lo contó todo. Cuando terminó tenía los ojos aguados por la rabia, por lo que cogió la cerveza y le dio un buen trago. Nunca antes había bebido y sumando que el trago había sido bastante... Extenso, se mareó.
Se balanceó un poco hacia atrás a punto de caerse, pero la gran mano de Katakuri lo salvó.
-Vaya tela... ¿No era que no bebías? No puede ser que ya estés borracho. - una risa se escapó de los labios del pelirrojo, haciendo que el mayor sonriera. - Vamos, te llevo a tu cuarto. -Levantó a Ichiji con facilidad. Le llevó a su nueva habitación en volandas y le dejó suavemente en la cama, al lado del plato de macarrones. Cuando iba a marcharse, el pelirrojo cogió una de las grandes manos de Katakuri y le tiró encima suyo. Ambos rieron. -¿Qué haces? - vio cómo Ichiji comenzaba a llorar y hundía la cabeza en su pecho.
-Me mareo- susurró. Katakuri suspiró.
-¿Solo lloras por eso?
-No... Echo de menos a mi hermano. -dijo apretando un poco la chaqueta del moreno.
-Vale... ¿Quieres que me quede? -Ichiji asintió. Se tumbaron de lado, cada uno mirando hacia el lado contrario, algo incómodos. Tras unos diez minutos, comenzó a sentir la vibración de un móvil. Katakuri se levantó y tras ver que Ichiji estaba dormido miró el teléfono que él mismo le había comprado.
Llamada entrante de Niji el imbécil.
Coger.
Colgar.-Oh, mierda. -lo cogió. -¿Sí?
-Ichiji, deberías volver. Las cosas están mal, hay que empezar con lo de Sanji. Reiju está muy rara, casi ni come...
-Oye, oye. Tu hermano está dormido, llama mañana. -dijo con voz grave.
-¿Quién coño eres? ¿Por qué tienes su teléfono?
ESTÁS LEYENDO
De nombre, Katakuri [KataIchi]
RomanceSe conocen es un evento. Surge el amor. Se enamoran perdidamen... No, por Dios. Las cosas no son así. Tal vez muy resumidamente Ichiji necesita dinero, y empieza a vender cosas en un evento. Y solo tal vez se encuentra con el prestigioso Charlotte K...