Se despertó al escuchar un portazo, seguido de una caída de llaves y una maldición.
Le extrañó, Katakuri no solía hacer ruidos tan temprano, menos si estaba él con resaca. Entonces escuchó una voz conocida para él.
-¡Katakuri! ¡He vuelto~!- el hombre no obtuvo respuesta. -¿Hermanito? -unos pasos subieron las escaleras, al mismo ritmo que el pulso de Ichiji de aceleraba.
De repente la puerta de su habitación de abrió de golpe dejando ver a un apresurado Katakuri que apretaba los dientes.
-Escóndete -susurró. Ichiji le miró confuso. Entonces el mayor de cogió en brazos y se metió con él en el armario de la habitación, justo un momento antes de que la puerta se abriera.
-¿Katakuri? Igual no está. -murmuró Cracker. Acto seguido cerró la puerta y sus pasos se alejaron. La pareja estaba apretujada en el pequeño armario. Katakuri, sentado en la base del mueble, sujetaba a Ichiji del trasero, que estaba sobre él. Sus piernas estaban esparcidas por todo el espacio y sus caras casi se juntaban.
-¿Se ha ido? -susurró el pelirrojo.
-Espera. -respondió de la misma forma. Entonces se dio cuenta de dónde estaban sus manos y se sonrojaron. Apretó con curiosidad fingida sus glúteos y sonrió.
-¿Q...qué haces? -chilló bajito el menor.
-Tienes el culo duro. -comentó.
-Es porque hago deporte. -se defendió el otro. Su corazón iba a mil por hora y sentía que podía oírlo. Rezaba porque Katakuri no pudiera. El mayor apartó las manos riendo.
-Lo siento. Estás temblando.
-E-es por el frío...
-Claro, claro. -se quedaron mirándose fijamente. Ichiji no quiso perder el juego, a pesar de parecer un tomate, y a Katakuri le hacía gracia su mirada desafiante.
-Te odio. -musitó.
-Mentira. -el mayor se acercó más aún a él. Ahora sus narices estaban pegadas. Ichiji estaba deseando ese contacto; deseaba juntar sus labios de una puta vez y quitarse así toda la paranoia que posee un desconfiado.
-¿Me vas a besar o tengo que hacerlo yo?
-Me gustaría ver como lo haces. -replicó el mayor. Ichiji tragó saliva. Le tapó los ojos a Katakuri con la mano y se acercó poco a poco. Vio al mayor chupar sus labios con su lengua, y eso le incitó todavía más. El morbo podía controlar todos sus movimientos, y esta vez no iba a ser menos.
Así que al final, juntó sus labios por segunda vez, y cómo no, disfrutó. El mayor, con más experiencia, se dejaba hacer esta vez, hasta que al final no se aguantó más y se puso de rodillas en el suelo del armario, agarrando del trasero a Ichiji, que apoyó contra la pared. Las delgadas y pálidas piernas del pelirrojo estaban una en la cintura del adulto, y la otra sobre su hombro, prácticamente, pues había sido una posición improvisada.
Katakuri dejó de atacar sus labios para bajar por su cuello. Ichiji suspiraba, y ya pudiendo respirar, era capaz de asimilar eso un poco más. La bufanda del adulto se encontraba ahora en las temblorosas manos del pelirrojo, que sujetaban al de cabello granate por la nuca. El mayor le quitó la camiseta para poder seguir besando todo su pecho. Se entretuvo en el hueco entre el cuello y el pectoral y comenzó a succionar, dejando una marca morada allí. Ichiji la miró asustado, pero al ver la excitación que Katakuri mostraba tanto en su descubierto monstruo como en su entrepierna, se relajó.
Quería relajarse.
Katakuri abrió la puerta del armario y les sacó de allí. Estaba a punto de tumbarle sobre la cama para continuar, cuando algo les paralizó.
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De nombre, Katakuri [KataIchi]
RomanceSe conocen es un evento. Surge el amor. Se enamoran perdidamen... No, por Dios. Las cosas no son así. Tal vez muy resumidamente Ichiji necesita dinero, y empieza a vender cosas en un evento. Y solo tal vez se encuentra con el prestigioso Charlotte K...