C A P í T U L O 30

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-Ichiji, no te tortures.

-No lo hago. -susurró. Su acompañante pudo notar que estaba nervioso, por lo que alargó la mano y le cogió la suya pálida de camino a la sala de estar, donde se encontraban el resto de los Charlotte.

-¿Ya? -inquirió de mala gana el menor de los varones asistentes. Katakuri le dirigió una mirada de odio que consiguió callarle.

-Cracker, sabemos que estás celoso, pero deja a tu hermano vivir su vida...

-¿No os dais cuenta de que es el hijo de Judge? -el pelirrojo se tensó ante esas palabras. Todos en la familia sabían que el jefe de Germa era el que había asesinado a la pequeña, pero también sabían que Ichiji no tenía ninguna culpa de eso. Por desgracia, a Cracker no le colaba eso todavía. Ni del pelirrojo ni de ninguno de los Vinsmoke, a pesar de que su hermana y Reiju se llevaban como uña y carne y pasaban un gran tiempo juntas.

-Sí, lo sabemos, pero son personas distintas. -comenzó Brulee, volviendo a ser interrumpido por el de la cicatriz.

-Acabará como él.

-¡Cállate!

-No, es un futuro asesino.

-Y mi prometido. -soltó Katakuri. Todos en la sala callaron de golpe. Tanto Pudding como Perospero estaban al tanto de ellos, por lo que solo eran actores en una escena. Por desgracia habían decidido que cuanto antes lo asimilara Cracker mejor sería para ambas familias, aunque sabían que sería difícil.

Brulee también se lo imaginaba. Estaba tan orgullosa de su hermano que aunque le hubieran dicho que fue él quien asesinó a Anana, ella no lo habría creído. La admiración por el adulto, sus recuerdos de críos, de su cicatriz, su comportamiento, su gran trabajo en Whole Cake... todo ello la cegaban.

Ichiji había escuchado toda la conversación en silencio y algo más pálido de lo habitual. No merecía ese trato por parte del Charlotte, menos si su padre estaba de por medio. A sabiendas de que era un monstruo y sin pizca de arrepentimiento en ello, sentía un rencor hacia Judge que prácticamente nada podría arrebatarle. Ni siquiera las insistentes quejas de su hermana que le pedían día sí y día también el ir a visitarlo en familia a Impel Down.

Por suerte él no había sido el único que se había quejado de aquello, Niji tampoco estaba de acuerdo. Extrañamente Sanji sí lo estaba (con la idea mental de estallar en carcajadas cuando le viera entre rejas después de abandonar la fingida preocupación). Los mayores tenían demasiado orgullo, y ambos en vez de reír, saben que se habrían abalanzado contra las rejas una vez estuvieran delante.

Se sentían mejor tras la fuerte paliza,  pero el rencor todavía abarcaba más de la mansión de Germa66; ocupaba todo el Grand Line.

Finalmente y tras poder apartar todo pensamiento sobre Judge pudo levantar la cabeza y observar a Cracker con determinación y sin pizca de miedo.

-Me da igual lo que tú pienses de mí, o de mi familia. -aclaró. -Pero no voy a dejar que influencies a nadie con esos pensamientos de troglodita, y si no aceptas la boda, no vendrás. Pero no vas a arruinar nada, porque no es decisión ni de tus ideas de mierda, ni tuya. -soltó. Al decir esas palabras se sintió extremadamente bien; al fin le había callado. No dejaría que nadie se riera del actual Germa ni de él, y mucho menos que se interpusiera en su camino. Todos los Charlotte le miraron sorprendidos, y lentamente una sonrisa se fue dibujando en sus rostros a excepción del nombrado. Katakuri fue el que se agachó hasta estar a su altura para que viera cuán contento estaba.

De nombre, Katakuri [KataIchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora