Nos separamos. Justo entonces la música se paró. Eso significaba que la fiesta se había acabado.
-Ehm... Yo... Tengo que...-empecé a gesticular. Él se rió. Solo estaba haciendo el ridículo, como es habitual.- Debería despedirme de los invitados.
-Sí. Nos vemos luego.- sonrió.
-Claro.- dije mientras me daba la vuelta lentamente y buscaba a Perrie con la mirada. Al verla, me dirigí hacia ella.
-¡Ey nena! ¿Eras tú la que se estaba besando con Calum?- me preguntó nada más verme.
-¿Qué Calum?- me hice la loca.
-Nena, Hood. Calum Hood.- rió ella.- No hay ningún Calum más en esta fiesta.
-Ehm, no...- mentí. Pero al ver su mirada, supe que no colaba.- Vaaale. Sí, era yo.- reí.
-Parece que me debes una.- sonrió.
-En realidad, te debo muchas. Gracias por esta fiesta.- dije dándole un beso en la mejilla.
-Ahora viene la parte aburrida. Tienes que quedarte en la puerta y despedir a todos.- suspiró- Pero por supuesto, yo estaré contigo.
-Oiii, ¡como te quiero!- le abracé. Después fuimos a la entrada y fui agradeciéndole a todo el mundo el haber venido, aunque no conocía a nadie. Los conocidos, que se pueden llamar amigos, se despidieron de mi al final.
-¿Quieres que te ayude a recoger las sillas?- le pregunté a Perrie una vez que todos se habían ido.
-Tranquila nena, ya me las apaño yo sola.- sonrió. Yo salí y me encontré con un pequeño grupo de gente. Esas eran las típicas personas que estaban de fiesta hasta las tantas. Entre ellos estaba Ash.
-¡Ey! Vamos a ir ahora a una disco que está aquí al lado. ¿Te apuntas?- sonrió. Yo le Sonreí de vuelta. La verdad es que no tenía muchas ganas. Al mirar, a lo lejos, vi a Calum apoyado en una columna. Me estaba mirando.
-Lo siento Ash, tal vez en otra ocasión.- respondí al fin.
-Está bien.- dijo abrazándome- Nos vemos mañana, ¿verdad?
-Claro.- reí. Luego me fui acercando a Calum lentamente.
-Toma.- dijo tendiéndome una bolsa.
-¿Qué es esto?- pregunté abriéndola.
-Son tus regalos. ¿No los quieres?
-Claro. Es que ando muy despistada.- Sonreí tímidamente. Al agarrar la bolsa, mi espalda bajó un poco. Pues pesaba bastante.
-Pensándolo mejor, yo la llevaré.- me sonrió Calum mientras cogía la bolsa que parecía no pesarle lo más mínimo.- Pero tú tienes que llevar esto.- dijo rebuscando en la bolsa y enseñándome su regalo.
-Claro.- acepté agarrando la rosa. Fuimos hasta mi casa. El camino fue silencioso, pero no incómodo. Al llegar, abrí la puerta y Calum entró con la bolsa. La dejó en el suelo y yo posé la rosa en una mesita. Nos sentamos en el sofá y nos quedamos mirándonos.
Calum se veía peligrosamente atractivo con esmoquin. Su mirada era sexy a la vez que terrorífica. Se pasó la lengua por los labios y me sonrió.
-Ya puedes contármelo.- le dije.
-¿Contarte qué?- preguntó pícaro.
-No te hagas el tonto.- le miré- Lo que llevo queriendo saber desde que te conocí.- dije. Le miré fijamente. Él se rió.
-¿Para qué quieres saberlo?
-Por dios Calum. Tiene que ver conmigo. Y solo por eso debería ser yo la que mejor lo supiera.- me puse seria. Él se empezó a acercar a mi. Yo me quedé quieta.
-¿Sabes que eres preciosa?-susurró. Cada ves se acercaba más y más- El beso de antes... ¿Qué significo?
-¿A qué te refieres?- pregunté mordiéndome disimuladamente el labio inferior.
-Ya sabes...-rió acercándose más aun. Estábamos muy cerca el uno del otro. Nuestras narices se rozaban.
Pero como siempre, alguien estropeo el momento.
-¡(Tn)! ¡Aléjate de él!- gritó una voz. Yo me asusté y nos separamos. Era Luke. Él sabía donde estaba la llave secreta. Era mi mejor amigo, y confiaba en él. Pero le odiaba por haber estropeado el momento.
-¿Luke? ¿Qué ocurre?- pregunté nerviosa.
-¡No te acerques a ese maldito mentiroso!- dijo agarrándome del brazo y alejándome de Calum. Calum parecía confuso.
-Luke, explícate.- dije intentando soltarme.
-(Tn), tú no le gustas. Es todo un plan.
-¿Qué?- pregunté asustada. ¿Qué me estaba diciendo? Yo miré a Calum.
-No te miento.- terminó Luke.
-Cállate rubito.- dijo Calum.
-Luke, termina.- le dije acercándome a él.
-Es todo parte de un juego. Tú no le gustas a Calum. No le interesas lo más mínimo. Lo que quiere hacer es enamorarte y luego romperte el corazón. Todo para vengar a su familia. Porque según ellos los traicionaste.
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Mi droga
RomanceQuién me iba a decir que mi vecino, la persona más borde y odiosa del planeta, se convertiría en mi mayor adicción.