-¿Calum?- le empecé a llamar.
Entré en la habitación acercándome a la silla que se encontraba vacía. La cuerda estaba deshecha en el suelo. Abrí el armario, miré debajo de la cama... Pero nada.
Bajé al salón. Miré en todos los rincones de la casa... Nada. Calum no estaba en ningún lado. Volví a subir a mi cuarto y me tumbé en la cama. Giré la cabeza y vi una nota en el suelo, debajo de la silla. La cogí y leí el contenido en su interior.
-Si creías que unas cuerdas me iban a detener, es que no me conoces nena ;)
Abrí los ojos como platos...
Oh, oh.
Tiré la nota al suelo y salí del piso corriendo en dirección a la casa de Bieber. Cuando por fin llegué, me posé en la puerta con la respiración agitada. Piqué al timbre con las pocas fuerzas que me sobraban. Nadie me abría, así que puse la oreja en la puerta. Solo sentía golpes. Y la voz de Bieber. De repente oí la voz de... ¿Calum? Y el sonido de algo de cristal rompiéndose. Lo demás eran golpes.
Me puse a aporrear la puerta como una loca. No me abrían, así que decidí seguir picando hasta romper la puerta. Pero como se me cansaron los brazos y seguía escuchando golpes, revisé mis bolsillos con el deseo de encontrar algo que me fuera de utilidad.
Encontré dos gomas de pelo, unos chicles... ¡Bingo! ¡Una horquilla!
La metí en la cerradura girándola hacia todos lados. El sonido de los golpes y las cosas rompiéndose me ponían nerviosa. Seguí girándola hasta que sentí como la puerta se desencajaba del marco. La abrí rápidamente preparándome para encontrarme con cualquier cosa. Al entrar me encontré con toda la casa destrozada. Bieber estaba en el suelo y Calum encima suya, pegándole. Estaba de espaldas. Solo podía ver la cara de Bieber. Tenía un ojo hinchado y sangraba por la nariz y por la boca. Calum le daba unos puñetazos que hacían que su boca sangrase más.
-¡Calum! ¡Para!- grité.
Él se giró para mirarme. Sangraba también por la boca y mucho por la nariz. Tenía un ojo hinchado y el otro morado. Yo le miré aterrada por su aspecto. Un poco más y podrían haberse matado.
-(Tn)...- me miró Calum apenado. Estaba claro que él no se sentía bien pegando a alguien. Él era un buen chico.
Bieber aprovechó su despiste para abalanzarse sobre él y dejarle en el suelo. Le dio un puñetazo.
-¡Justin! ¡Para!- grité.
Él le dio otro puñetazo. No podía permitir que le hiciera daño a Calum. Así que corrí hacia ellos y me lancé encima de Bieber. Él se cayó al suelo. Yo me senté encima suya sujetándole las manos.
-¡Qué vergüenza! ¡Tú novia te tiene que proteger!- gritó Jus para hacer gruñir a Calum. Cal se levantó del suelo y se acercó a mi.
-(Tn) no te metas en esto.- dijo mirando serio a Bieber.
-No voy a permitir que os sigáis pegando.- dije levantándome. Bieber también se levantó.- Los hombres sois un caso... ¡Si no llego a venir os podrías haber matado!
-Ya estamos, otra vez protegiendo a las mujeres...- rió Calum más tranquilo.
-¿Por qué has venido? ¡Ya está todo solucionado!- le miré.- Tengo lo que necesito.
-Solo vine para ver si estabas bien. Me encontré con este idiota y me empezó a decir que os habíais acostado. Me enseñó su cama con las sábanas revueltas y...
-Calum, sabes que yo nunca te engañaría.
-Lo sé. Pero el simple hecho de que pudiese ser verdad me mataba.
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Mi droga
RomanceQuién me iba a decir que mi vecino, la persona más borde y odiosa del planeta, se convertiría en mi mayor adicción.