-¿QUÉ?- grité atónita.
-Es que... Lo he estado pensando y normalmente, con todas las tías, quiero solo un rollo. Pero contigo es diferente...
-Mira Bieber, yo y Calum estamos muy enamorados y...
-Lo sé, lo sé. Supongo que tendremos que ir despacio.- dijo acariciando mi mejilla.
-¿Despacio? ¡Te acabo de decir que no...
-Ssssh...- siseó Bieber mientras me ponía un dedo en la boca- Dale tiempo al tiempo.
-No hay que darle tiempo al...
-Me tengo que ir. Ya nos veremos.- dijo interrumpiéndome de nuevo. Se me acercó. Me iba a besar. Yo me alejé poniendo mala cara.- Entiendo.- dijo él abriendo la puerta.
-Adiós.- dije seria.
-Adiós.- se despidió sonriente.
¿Por qué nadie me escuchaba?
¿Se creía que me iba a conquistar?
Yo estaba loquita por Hood.
Y él me debía una cena.
Fui a acostarme. Pero como me costaba dormir, leí unas novelas en wattpad hasta que me entró sueño.
♥Día Siguiente♥
Un beso en mis labios fue lo que me hizo despertar. Abrí lentamente los ojos pestañeando mucho.
-Buenos días mujercita.- dijo una voz dulce y profunda. Me giré para ver de donde provenía la voz y vi a Calum echado a mi lado. Mirándome.
-Hola hombrecito.-sonreí. Él se acercó para besarme y yo me alejé.
-¿Ocurre algo?- preguntó asustado.
-Es que... Me acabo de levantar y... Bueno, estoy hecha un asco. Imagino que me olerá mal el aliento.- dije incorporándome.
-Eso no importa.- dijo abrazándome por la espalda- Para mi siempre hueles bien. Recuerda que soy un tío.
Yo me giré y él me besó. Fue un beso corto. Intentó volver a besarme y yo le detuve.
-Deja que me arregle y ya tendrás más. Recuerda que soy una chica.- Sonreí. Él bajó al salón y yo me aseé. Me puse unos leggins negros, una camiseta de tirantes rosa y unos playeros blancos. También me hice un moño y agarré mi saco de boxeo. Al bajar vi que Calum llevaba unos pantalones ajustados negros, un jersey gris de punto fino y unas botas negras con sus mechas rubias sexys. Estaba tumbado en el sofá. Al bajar me miró.
-¡Esta mañana estás preciosa!- sonrió. Me miró de arriba abajo con cara extraña- ¿Por qué vas tan deportiva?
-Porque voy al gym.- dije entrando en la cocina y agarrando una manzana.
-No, no, no.- negó entrando en la cocina.- Hoy no.
-¿Cómo que hoy no?- pregunté mientras me sentaba en la mesa y mordía la manzana.
-Porque tengo planes para ti.- dijo agarrando mi manzana y mordiéndola él.
-¿Desde cuando tú organizas mi vida?- Sonreí robándole la manzana y mordiéndola de nuevo.
-Porque soy tu novio.- rió cogiendo la manzana y mordiéndola una vez más. La posó en la mesa y me abrazó. Él estaba de pie delante de mi.
-Uhm... Ya veo.
-Tengo una sorpresa. Pero como eres mujer... Apuesto a que prefieres arreglarte.
-Has acertado.- dije besándole. Él me volvió a besar. Me agarró de la cintura y me bajó al suelo. Me di la vuelta para irme a mi cuarto y me dio una palmada en el culo. Yo me reí y fui a mi cuarto corriendo.
Me puse unos shorts altos, una camiseta negra de los Rolling Stones, unas zapatillas rojas y un gorrito negro. De maquillaje un pintalabios rojo suave y rímel negro.
Al bajar, me encontré a Calum tumbado en el sofá de nuevo. Fui hasta él y me senté a su lado a observarle. Era taaan mono...
De repente abrió los ojos haciendo que me asustara. Me agarró de la muñeca e hizo que me echara encima suya. Nuestros cuerpos estaban pegados. No pude evitar que la imagen de él desnudo pasase por mi cabeza. Él me acarició la espalda y yo le besé. Después de un rato tumbados, decidimos salir.
-No me vas a decir a donde vamos. ¿Verdad?
-Verdad.- rió. Me besó y me agarró de la mano. Fuimos a su coche y él arrancó. Se metió en una autopista. Estábamos cantando 'Wrecking Ball' de Miley Cyrus.
Llegó un momento en el que no tenía ni idea de dónde estábamos.
-Tápate los ojos.- dijo Calum.
-¿Qué?
-Tú tápatelos. Confía en mi.
-Vaale.- dije poniéndome las manos en los ojos. Calum tarareaba una canción. Después de unos minutos el coche se paró. Sentí como una puerta se abría y otra se cerraba.
-Sal.- dijo Calum dándome la mano. Con su ayuda salí del coche victoriosamente. Yo tenía los ojos cerrados pero sin las manos. Me encantaban las sorpresas y no quería estropearlo. Sentí como me cogía en sus brazos.
-¿Puedes conmigo?
-Claro.- dijo caminando conmigo acuestas.
-Es que como estoy gorda... Pensé que igual te pesaba mucho.
-Para empezar, tienes que saber que yo soy muuuy fuerte.- dijo riendo.- Y no estás gorda.
-Sí que lo estoy.
-Vale. Si según tú estás gorda, no te voy a llevar la contraria. Estás gorda. ¿Pero sabes qué? Yo no pienso así. Y creo que eres hermosa tal y como estás.
Que mentiroso. Yo estaba un poco mal con mi peso porque en comparación con las chicas de mi edad yo tenía más caderas.
-¿Queda mucho?- pregunté después de un rato.
-Ya casi estamos.- dijo alegre. De repente me soltó.
-¿Puedo abrir los ojos?
-Espera un momento.- dijo. Yo oí unos pasos.- Ya está.
-¿Ya?
-Abrelos.
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Mi droga
RomanceQuién me iba a decir que mi vecino, la persona más borde y odiosa del planeta, se convertiría en mi mayor adicción.