Diciembre 1999, Chicago, Illinois
"¡JT!, ¿eres tu?". La mujer rubia levantó la mirada de su ordenador portátil al reloj de la mesilla de noche. Marcaba 2:45am. Torrey se quitó las gafas, llevada por el familiar sonido de una llave en la puerta principal.
Se levantó a investigar, alertada por el sonido de pasos en el suelo de madera.
"Oh Jess" Torrey le dijo a su hija. La joven estaba desplomada contra la puerta, sus sanguinolentos ojos desenfocados que apenas veían. Sacudió su largo pelo negro e intento levantarse del suelo.
"Estoy bien mama, puedo yo sola" dijo la joven.
Torrey se acercó a ayudar a su hija. Jessica se apoyó pesadamente en la puerta, luego apoyó parte de su peso sobre su madre mientras Torrey le pasaba un brazo por la cintura.
"Venga, vamos para cama" dijo Torrey, intentando no mostrar su enfado.
"Te juro mama que no he bebido una gota esta noche". Su hija sonrió satisfactoriamente. Siendo casi una cabeza mas alta que su madre, tenia que mirar hacia abajo para poder ver esos ojos verdes que mostraban decepción.
Torrey tomó aliento y comenzó a llevar a su hija a su habitación.
Se las arregló para llevar a la joven hasta su cama sobre la cual Jess cayó pesadamente. Torrey le quitó sus botas de combate y su chaqueta de cuero negro.
"Me lo prometiste, Jess. Dijiste que no habría más fiestas" dijo Torrey.
"Déjame en paz". Jessica se dio la vuelta. Le estaba empezando a doler la cabeza y sabía que sería peor si tenía que mirar a su madre a los ojos. Había roto su promesa, pero no quería pensar en ello ahora, no quería ver su error reflejado en los ojos de su medre. Le había fallado y probablemente lo volvería a hacer. 'Nunca seré tan perfecta como ella'.
Torrey pasó una delgada mano por la mejilla de su hija, notando cómo la respiración de la niña se volvía más profunda y constante al dormirse. ¿Qué he hecho mal, Jess? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué actúas como si me odiases? ¿Por qué solo me dejas tocarte cuando estás enferma o te desmayas?.
Torrey dejó que las silenciosas lágrimas cayesen por su cara mientras intentaba encontrar respuesta a todas las preguntas que pasaban por su cabeza. Con cuidado apartó los mechones de pelo negro que cubrían la cara de su hija. El largo pelo negro daba forma a una cara con orgullosos y angulosos rasgos, relajados ahora mientras dormía.
Cuando sus ojos estaban abiertos lucían un brillante verde que con la luz correcta parecía azul. Cuando esa ilusión se producía, Torrey se impresionaba de lo mucho que su hija le recordaba a Taylor. Esta noche incluso cuando Jessica yacía en el recibidor, Torrey habría jurado que era su vieja amiga desmayada contra la puerta de la habitación que compartían en la casa Soroty. La cazadora de cuero negro y sus pesadas botas negras eran distintivos de Taylor en su etapa de la universidad.
Cuando estuvo segura de que su hija dormía profundamente, se fue a su habitación. Apagó el ordenador; las palabras ya no venían a ella tan fácilmente. Aunque sus últimas novelas había sido un éxito de ventas, algunas críticas decían que el talento de Torrey Gray se estaba durmiendo. Ya no podía llegar a sus sentimientos como antes. Aún realizando su ritual matutino de Tai Chi, el cual practicaba desde los quince años, simplemente parecía no poder volver a ese lugar en el que se encontraban sus emociones. En el fondo sabía que los críticos tenían razón. Si no podía sentir no podía escribir. Su mente había empezado a preocuparse de otras cosas en los últimos años.
Las preocupaciones empezaron cuando JT empezó en el instituto. Por supuesto la tensión entre madre e hija siempre había existido. Desde el momento en que Jessica aprendió la palabra no, parecía que era la única frase que utilizaba con su madre.
![](https://img.wattpad.com/cover/172174683-288-k899341.jpg)
ESTÁS LEYENDO
No tan ciegas
Romance* Novela de LJ MAAS Torrey Gray y Taylor Kent son mejores amigas desde la universidad, en un punto de su vida tomaron rumbos diferentes, 15 años después una petición desesperada las volverá a unir. El miedo a decir nuestros sentimientos puede ser...