Taylor murmuró algo ininteligible entre sueños, girándose para coger con su brazo el cuerpo de Torrey. El brazo de la artista sintió la cama, y un espacio vacío donde Torrey estuviera tumbada antes. El vacío provocó que algo se disparara en el inconsciente de la mujer, haciendo que saliera de su agradable estado de sopor en el que estaba inmersa.
Un suave y rítmico sonido hizo que Taylor se alzara apoyándose en un codo, intentando enfocar con sus ojos entre la tenue luz. Confusa, finalmente encontró la pequeña figura de Torrey sentada de piernas cruzadas a los pies de la cama, mientras sus dedos volaban a través de las teclas del pequeño portátil que estaba sobre sus rodillas. El despeinado pelo rubio caía casi cubriendo las gafas que reflejaban la pantalla del ordenador en cada lente. Vestía la blanca camiseta de Taylor y nada más.
"¿Tor?".
"Estoy bien, cariño. Sólo tenía que escribir algunos pensamientos. No te importa, ¿no?" preguntó Torrey, parando sus dedos sobre el teclado.
Taylor sonrió dormida, alegrándose de que la musa de la escritora hubiera vuelto. "Nop, ¿te importa si sigo durmiendo?". La artista no espero la respuesta antes de girarse sobre su estómago y extendiendo su larga figura desnuda bajo las sábanas de seda. Colocó dos mullidas almohadas bajo su cabeza.
"Vamos, siéntate aquí o a la mañana te va a doler la espalda con ganas...".
Torrey llegó hasta el hueco que Taylor le había indicado y besó tiernamente la mejilla de la ya dormida mujer. Taylor se acurrucó inconscientemente más cerca de la escritora mientras las teclas retomaban su suave golpeteo. La morena mujer sonrió entre sueños ante el sonido de lo que llegaría a ser un confortable sonido para sus oídos los años venideros.
* * * * *
"Hey". Jessica alzó la mirada del crucigrama que tenía frente a sí en la mesa de la cocina.
"Hey" murmuró Taylor, dándose cuenta de lo mucho que Jess se parecía a su madre cuando llevaba sus nuevas gafas.
"¿Viste a Dios anoche?" preguntó JT en un tono serio.
"¿Qué?" preguntó Taylor, perpleja.
Jessica apenas podía mantener el gesto serio. "Lo he supuesto por cómo le llamabas ayer a la noche, has debido de tener una revelación o algo así". La joven mujer estaba casi doblada de la risa.
Taylor sabía que se estaba poniendo roja, pero no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Había sido cogida con las manos en la masa y ahora tenía que confesar y sufrir las bromas que de seguro iban a sucederse durante bastante tiempo. Aunque Torrey y ella habían oído a JT llegar a la noche, y a pesar de que habían cerrado con llave la puerta de la habitación, había demasiado silencio como para evitarlo.
Taylor sonrió a la joven. "Ríete, pequeñaja. Puedes decirme todo lo que quieras, pero no quiero que te burles de tu madre así".
"¿Burlarse de su madre cómo?" preguntó Torrey con voz todavía medio dormida. La pequeña rubia se dirigió hacia la cafetera y preparó una taza, primero para ella, y después otra para la alta artista apoyada contra el mostrador.
Ofreció la caliente taza a Taylor y con naturalidad besó tiernamente los labios de la alta mujer. Taylor sonrió ante el beso y le devolvió el gesto.
"Buenos días" sonrió Torrey.
"Lo mismo digo" replicó Taylor, besándole la frente.
"Buenos días a ti también". Torrey se dirigió hasta su sentada hija y le besó en la coronilla. "¿Qué?" dijo Torrey dirigiéndose a su hija. "¿Realmente pensabas que no estaría de buen humor a la mañana siguiente de...?"
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No tan ciegas
Romance* Novela de LJ MAAS Torrey Gray y Taylor Kent son mejores amigas desde la universidad, en un punto de su vida tomaron rumbos diferentes, 15 años después una petición desesperada las volverá a unir. El miedo a decir nuestros sentimientos puede ser...