25. Día de las madres

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Después de recoger a Valerie, las cuatro condujeron por la carretera de la costa del Pacífico hacia Newport Beach donde Taylor había alquilado un helicóptero para volar hasta Isla Catalina. Torrey mantuvo sus ojos fuertemente cerrados durante al menos cinco de los quince minutos que duró el vuelo, hasta que Taylor deslizó un brazo al rededor de sus hombros y le susurró que estaría completamente segura con ella. La vieja sensación de seguridad y solidez en el abrazo de Taylor hizo su efecto y rápidamente Torrey estaba disfrutando de la impresionante vista mientras volaban sobre la bahía de Avalon.

Taylor le explicó que tenían una reserva en el Landing de la ciudad de Avalon. Como aún faltaba recorrer como una milla desde donde aterrizaron, Taylor le pidió al piloto que tuviera un taxi esperándolas.

"He escogido Avalon sólo por ti, Tor. En honor a una de Chicago que viene a California" dijo Taylor.

Las dos mujeres rieron.

"Me he perdido algo. No lo pillo" comentó Jessica.

"Ya somos dos" se unió Valerie.

"Avalon fue creada por William Wrigley. En los años veinte los Chicago Cubs solían venir aquí para la pretemporada". Torrey sonrió a Taylor mientras lo explicaba.

Torrey se sorprendió de que el helicóptero fuera tan grande y cómodo. Por el camino les contó que estando en Mexico investigando para uno de sus libros, los militares le dieron una vuelta. Les contó que el helicóptero no tenía puertas y los motores sonaban tan fuerte que no podías ni escuchar tus propios pensamientos. Lo recordaba cariñosamente como una de las experiencias más angustiosas de su vida.

Taylor les comentó que ese era algo así como un Rolls Royce de los helicópteros. Todo ello estaba tapizado en cuero y había espacio para seis personas, sin incluir al piloto. Sonrió brillantemente a Torrey cuando Jessica les preguntó porqué no habían cogido simplemente el ferry. La artista respondió que llevaba una hora llegar a la isla en ferry y cuando el mar estaba levantado volar era la única forma de llegar. Finalmente Taylor reveló la verdad escondida tras el coger un helicóptero siempre que ella iba a Catalina.

"Me mareo en barco" dijo con sorprendente franqueza, elevando su voz por encima del sonido de los motores.

A Torrey le gustaba la inesperada y poco característica vulnerabilidad en los ojos de la morena cuando descubrió ese miedo. La escritora recordó tiempos pasados, cuando la artista intentaba aparentar estoica respecto a ese tema, poniéndose generalmente verde en cuanto daba un paso de la sólida tierra a la ondulante superficie.

Para cuando abandonaron la cabina, Torrey y Valerie ya eran amigas. La escritora parecía verdaderamente interesada en la experiencia de Val como estudiante de primer año en la Universidad de California. Jessica murmuró un silencioso 'gracias', pensando que no haría ningún daño tener a su madre escuchando algunos comentarios positivos sobre la universidad.

Mientras Torrey y Valerie abrían el camino por delante de Taylor y Jessica, la joven de repente frunció el ceño y se volvió hacia la mujer que estaba junto a ella.

"¿Tay?". Jess sonó preocupada mientras miraba a las dos mujeres frente a ella. "No crees que mamá hará nada que me pueda... avergonzar... esta noche, ¿no?"

Taylor rió tan fuertemente que las dos mujeres que estaban por delante se pararon para mirar qué pasaba. Abrazando a Jessica por los hombros, se inclinó para susurrarle al oído:

"Es tu madre, Jess... ¡Por supuesto que lo hará!".

Taylor continuó riéndose mientras entraban en el restaurante.

Todas disfrutaron de la especialidad de Landing, el semi-asado de pez espada con salsa de mango. Taylor y Torrey cayeron en una de las especialidades cerveceras del propio Landing, una buena cerveza sin alcohol. Para entonces habían disfrutado del café, sintiéndose completamente cómodas juntas.

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