13. Terapia

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"Uh, ¿Taylor? ¿No es ese el nombre de la tienda de bellas artes 'Danny's'?" sacó JT a la artista de sus recuerdos.

"Sí, lo es" comentó con una sonrisa Taylor, dándose de pronto cuenta de dónde se encontraba. "Me la he pasado".

"¿En qué demonios pensabas?"

"Me he atontado un minuto" replicó Taylor.

Taylor no deseaba admitirle a la joven que estaba soñando despierta y especialmente no iba a admitir que estaba pensando en Torrey. ¿Pero qué me pasa últimamente? ¡No me he puesto a soñar así desde hace años!

Dio la vuelta al coche y entró en el aparcamiento, encontrando un sitio donde aparcar el Explorer justo frente a de las grandes puertas de cristal. Entrando en la enorme tienda que suministraba a los artistas de todo el sur de California, Taylor le hizo una señal a JT.

"Las mesas de dibujo y los caballetes están al fondo, echaremos un vistazo primero a eso" dijo la artista.

Jessica siguió a la alta mujer a la parte del fondo de la tienda y estuvo a punto de ser atropellada por un fuerte hombre apenas tan alta como ella.

"Perdona, querida... poco más y te atropello" se disculpó. Después su rostro mostró una sonrisa. "¡Taylor! Pensaba que no saldrías de tu castillo hasta la gran exposición. ¿Qué tal?".

"Hey, Danny". Taylor levantó la mirada de la silla que estaba revisando. "Tengo a la hija de una amiga de visita y necesita varias cosas, mesa, silla, luces, y todo el papel y herramientas que necesite. Jessica, éste es Danny Paries, el dueño de la tienda".

JT dio un apretón de manos con el hombre. "¿Sabes?, creo que mi madre tenía alguna cerámica de un autor con ese mismo nombre, ¿tiene alguna relación?" preguntó JT.

"Probablemente la relación sea yo mismo. Es lo que hago, querida, cuando no estoy dando a mis clientes papel, pinceles y los últimos cotilleos. ¿Quién es tu madre?"

"Um, Torrey Gray, sólo que vive en Chicago...".

"Oh, Dios mío... ¿no es esa la Torrey Gray que escribe libros?". Danny miró de la joven a Taylor, ambas asintiendo con la cabeza.

"Oh, Dios mío" repitió el hombre.

JT sonrió ante la reacción del pequeño hombre. Algo en su interior le decía que estaba dirigiendo su vida hacia el buen camino. Hacía una semana nunca habría admitido que Torrey Gray era su madre; ahora se sentía orgullosa al decir que tenía una madre famosa.

Taylor se sentó en una de las sillas y esperó a que su amigo se tranquilizara. Sabía que si Danny se enteraba de que Torrey era su mejor amiga, no habría quien lo aguantara. El primer libro de Torrey, Stevie, hablaba de su hermano y su lucha contra el SIDA. No sólo pasó una eternidad en la lista de los bestsellers del New York Times, sino que le granjeó el cariño de una comunidad que la aplaudió por su mirada abierta y honesta hacia los gays y el generalmente hostil mundo que tienen que tolerar. Danny y Alec, su amante los últimos doce años, eran dos de las pocas personas con las que Taylor había crecido durante los años.

"Bueno, has venido al lugar correcto, querida, y Taylor, espero que el precio no sea un problema". Danny tomó a JT del brazo y comenzó a dirigir a la joven antes de volverse hacia Taylor.

"Tengo el cielo como límite" sonrió Taylor.

"De acuerdo, señoras y señores... tenemos una celebridad entre nosotros. Ahora, Jessica... ¿en qué tipo de arte estás interesada?" preguntó Danny mientras la joven era llevada a otra parte de la tienda. Taylor decidió buscar a Alec en la oficina trasera y tomarse una taza de café.

No tan ciegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora