Jessica se levantó al día siguiente sintiéndose realmente bien. No sabía porqué, pero tampoco deseaba preguntárselo. Lo primero que llegó a su mente fue que quería hablar con su madre ese día. Fue la interacción entre Taylor y Corey la noche anterior lo que le hizo comenzar a pensar en la relación que tenían ella y su madre.
Jessica había desperdiciado muchos de los años de su vida dedicada a ser huraña y estar resentida con su madre, y durante todo ese tiempo no podía imaginar porqué. No era que Torrey fuera hiriente, egoísta o parecido, al contrario, la pequeña rubia era una completa cariñosa, dulce y cuidadosa madre. La mujer había dejado a un lado su vida, había hecho tantos autosacrificios por su hija que JT había perdido la cuenta. ¿Realmente ella merecía ese amor?
Jessica estaba lavándose la cara en la ducha cuando la respuesta llegó a ella. ¿Porqué no se había tomado tiempo antes para pensar en ello? Aclaró su cara y supo que era mucho más fácil pensar con claridad cuando no se está borracha o colocada. Había habido muchas ocasiones cuando estaba con el subidón que las cosas parecían más obvias para ella y asumía que era un efecto de la hierba que estaba fumando. Esa clase de claridad nunca duraba. Parecía que nunca tenía sentido. En ese momento, mientras estaba bajo el agua caliente de la ducha, se dio cuenta de que la persistencia de la visión era relativa a dónde te encontraras en cada momento.
En ese momento la respuesta a todo el odio contra su madre parecía abrirse como los pétalos de una flor. Su madre era una persona maravillosa, tan maravillosa como Taylor la recordaba. Ella amaba a Jessica mucho más de lo que la joven incluso pudiera llegar a comprender, pero JT nunca pensó que mereciera esa clase de cariño. Era algo que comenzó en ella a una edad muy joven. Nunca pensó que fuera merecedora de ese amor. De hecho ni siquiera valía los líos por los que Torrey tuvo que pasar. ¿Su madre no entendía eso?
La joven cayó en la cuenta de que su madre era una mujer guapa y lista. ¿Hubiera estado ahí desperdiciando el tiempo con su hija si pensara que era un caso perdido? Fíjate en Evelyn. Torrey nunca hablaba de su madre, diciendo que estaban algo así como peleadas, a pesar de que en esos momentos vivían apenas a unos minutos la una de la otra. Torrey se rindió y dio a su madre por perdida. ¿Porqué Torrey no quería hacerlo con Jessica? Así que, tal vez la respuesta era que Jess no era la perdedora que ella siempre había pensado que era.
Se limpió los dientes sobre el lavabo, y aún mantenía el cepillo de dientes en la mano mientras examinaba su reflejo en el espejo. Intentó pensar en cosas que la hicieran parecer mala ante otros ojos.
"Bueno, tengo un buen aspecto y unos ojos geniales" señaló a su imagen en el espejo con el mango del cepillo. "Puedo dibujar bastante bien, umm... hacer volteretas, crepes y macarrones con queso, usar el ordenador..." fue alistando sus cualidades en voz alta.
Jessica se frunció el ceño a sí misma en el espejo. Todos estos años le he hecho pasar un infierno a mi madre, jodiendo mi propia vida, ¿y porqué? Todo porque guardaba rencor a mi madre por quererme. Como si se lo tuviera en cuenta porque creía que debía ver que no era digna de su amor. Mierda, Jess, realmente has jodido esta parte de tu vida.
En ese momento el ceño de JT pasó a ser una sonrisa torcida. Llamaría a su madre de inmediato y le diría la madre tan maravillosa que realmente era. Con esa decisión la joven se vistió y se adentró en la cocina. Encontró la nueva cafetera que habían comprado el día anterior y la encendió, llenando el filtro de hojas de té verde. Corrió hasta el hall para ver qué hora era. El reloj de pie cerca de la sala de estar decía las 5:15. JT estaba asombrada. No podía recordar cuándo se había levantado tan pronto sin una alarma. Creo que lo que dice mi madre es cierto. Si te vas a la cama a una hora decente, podrás levantarte. Joder, realmente voy a odiar como ahora tenga razón en todo.
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No tan ciegas
Romance* Novela de LJ MAAS Torrey Gray y Taylor Kent son mejores amigas desde la universidad, en un punto de su vida tomaron rumbos diferentes, 15 años después una petición desesperada las volverá a unir. El miedo a decir nuestros sentimientos puede ser...