"Hola. He cogido chino. ¿Te parece bien?" dijo JT mientras entraba en el loft cargando con las bolsas.
"Suena bien, y huele también bien" dijo Torrey con una sonrisa. "Estoy más que dispuesta a un descanso".
JT miró la cara de su madre cuando la mujer no la miraba. La joven se dio cuenta de que el púrpura moratón seguía igual de grande que la noche anterior. El hecho de que los ojos de su madre le decían que había pasado la tarde llorando tampoco se escapó a su atención.
Se sentó en el suelo de la sala de estar, dispersando un buen número de cajas de comida en la mesa del café. No habían hablado mucho, pero madre e hija disfrutaban del momento simplemente porque no estaban peleándose. Ese tipo de descansos eran raros en los últimos tiempos.
Ambas se apoyaron contra el sofá, pero finalmente Torrey se sentó en un hueco de la mesa.
"Dios, me estoy haciendo mayor para los suelos de parqué" rió.
Después de unos momentos, JT se giró y apoyó el codo en el espacio de sofá donde descansaban las piernas de su madre.
"¿Así que vas a mandarme a uno de esos lugares de rehabilitación de drogas en Malasia, donde te tratan como un prisionero de guerra?" preguntó JT suavemente.
"¿De dónde has sacado una idea como esa?" preguntó Torrey, sentándose más recta.
"He visto algo en 60 minutos. Esos padres estaban completamente felices aunque parecía que a sus hijos les habían hecho un lavado de cerebro cuando volvían" replicó JT. En el fondo de su corazón, no creía que su madre realmente la mandara a un sitio como ese, pero esta vez había cruzado la línea y no había un previo a lo que su generalmente amorosa madre tenía en mente.
"No tengo ninguna intención de mandarte a un sitio de esos".
"Pero, me vas a mandar a algún sitio, ¿verdad?" preguntó JT.
Bien, ahí va. "Creo que será algo divertido para ti. Nunca has estado en California. Bueno, realmente has estado, pero no creo que te acuerdes teniendo en cuenta que solo tenías cinco meses en aquel momento" respondió Torrey.
"¿Es algo como la Betty Ford?" preguntó JT nerviosa.
"Jess, quiero que vayas a vivir con Taylor durante seis meses" dijo Torrey seriamente.
"Ni siquiera la conozco mamá. Quiero decir, sé que sois amigas de toda la vida y que es la más increíble mujer del mundo según tú, pero es una extraña para mí" explicó JT. "¿No podría simplemente ir a la escuela o vivir en un apartamento fuera de casa?".
"Cariño, lo primero de todo, no te voy a mandar fuera para que puedas hacer lo que te dé la gana", Torrey acarició el pelo de su hija. JT raramente aceptaba los cariños de nadie y podía decir que, aunque su hija lo estaba intentando, la joven se tensó al momento.
"Segundo, ¿realmente crees que has ahorrado lo suficiente como para vivir fuera de casa sin ayuda?" preguntó Torrey.
"Supongo que no" respondió JT.
La joven mujer cerró sus ojos y disfruto del tacto de su madre. Al principio la incomodó un poco, pero de repente ansiaba las cariñosas caricias. Un sentimiento de miedo la traspasó. No solo sería vivir con una extraña, sino que en diecisiete años estaría sin su madre por primera vez. JT apoyó la cabeza en la pierna de su madre y dejó que la tranquilizadora voz de su madre la reconfortara por primera vez en mucho tiempo.
"Le he preguntado a Taylor y está esperando ya".
"Mamá" sonrió JT a su madre "o me estás mintiendo o no le has contado lo que he andado haciendo últimamente".
Torrey devolvió el comentario con una sonrisa. Señor, se parece tanto a Taylor cuando hace eso...
"Touché. Y simplemente ha dicho que está deseando verte de nuevo" replicó Torrey.
"En el fondo suena bien. Apenas la recuerdo, sin embargo" dijo JT con preocupación.
"Solías llorar si no estaba en casa para meterte en la cama. Te quería mucho" terminó Torrey suavemente.
Su madre le había contado historias de cuando era pequeña y su conexión con Taylor, pero no podía recordar mucho de todo ello. Tenía solo dos años cuando las dos mujeres habían tomado caminos diferentes, pero a veces, cuando Jessica veía a su madre haciendo los ejercicios de cada día, tenía la sensación de haber sido testigo de esa misma escena antes, pero su madre no estaba sola en sus recuerdos. Siempre había una oscura figura silenciosa al lado de su madre, pero Jessica no podía poner un rostro a su aparición. Después de tantos años era como si la silenciosa extraña no fuera real, sólo parte de los sueños de JT.
"¿Si me quería tanto y os llevabais tan bien, ¿porqué no estáis juntas?"
"Es... complicado" respondió Torrey, y JT supo por la mirada que su madre le ofrecía que no habría mayor explicación.
"Es curioso. Conocí a Taylor cuando yo tenía tu edad" murmuró Torrey casi a sí misma. "Me lo prometiste, Jess. ¿Mantendrás tu promesa?" preguntó Torrey, levantando la barbilla de su hija hasta que sus ojos se encontraron.
JT intentó darle a su madre una sonrisa.
"Te lo prometo mamá. No te fallaré esta vez" respondió JT.
"Sé lo difícil que es lo que te pido que hagas, Jess. Cuando tengas uno de esos insoportables días tan solo recuerda: yo creo en ti, cariño" replicó Torrey, agachándose para besar la cabeza de su hija.
Ambas mujeres asintieron ante dicha promesa y el consuelo que parecía, preguntándose si se mantendría realmente.
* * * * *
Noviembre, 1982
"¡Torrey!", gritó Taylor tapando el teléfono con su mano. "Es Joanna. Quiere saber cómo te encuentras".
La Dr.Weller llamaba una vez al día para conocer la situación de Torrey desde que había cumplido los nueve meses. No era normal que el primer hijo de una mujer se retrasara. La doctora había intentado explicar a Torrey que los cálculos de la joven sobre la fecha de la concepción podían estar levemente equivocados. La joven rubia le había tenido que explicar indignada a la doctora que sólo había tenido sexo con un hombre una vez en toda su vida para llegar a ese punto, y esa fecha no era algo que pudiera olvidar fácilmente.
"Tor, ¿estás levantada?" llamó Taylor de nuevo. Retiró la mano del aparato y comenzó a hablar con Joanna.
La cabeza de Torrey apareció por la puerta de la habitación.
"Dile que ya son nueve meses, ¡lo quiero fuera ya!" gritó Torrey.
"¿Has oído eso?" preguntó Taylor a la doctora. "Oh no, está de un delicioso humor" respondió la morena mujer sarcásticamente . Taylor rió a algo que dijo la doctora, entonces alzó la mirada y vio a Torrey entrando en la habitación.
"No cuelgues" dijo Torrey con voz seria. "Acabo de romper aguas" respondió a la mirada interrogante de Taylor.
"Hey, doc" sonrió Taylor al teléfono. "¡Creo que empieza el espectáculo!"
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No tan ciegas
Romance* Novela de LJ MAAS Torrey Gray y Taylor Kent son mejores amigas desde la universidad, en un punto de su vida tomaron rumbos diferentes, 15 años después una petición desesperada las volverá a unir. El miedo a decir nuestros sentimientos puede ser...