Hoy hacía un año, un año de la muerte del ser más querido que he tenido. Hoy hacía un año de la muerte de mi abuelo.
Me desperté al lado de Josema, sabiendo que día era. No tenía ganas de hacer nada. Me levanté sin apenas hacer ruido, él estaba agotado de los últimos entrenamientos. Fui hacía la terraza y me senté tranquilamente a mirar pasar las nubes. En mi cabeza lo que pasaban eran los recuerdos con él, desde el primero hasta el último.
Mi abuelo me había enseñado tantas cosas... me había inculcado tantos valores... Me acaricié un pequeño tatuaje, fue mi primer tatuaje y me lo hice hace dos años. Lo tenía detrás del cuello y era un 1903. Representaba mi amor por el club y mi amor por mi abuelo.
— ¿Estás bien? — Preguntó Josema saliendo de golpe a la terraza. Me causó un escalofrío.
Negué. Y tras esa negación empecé a llorar. Hacía mucho que no lloraba por él. Pero hoy era especial.
—Hoy...— Dije, pero no podía seguir.
— Lo sé. Hoy hace un año. Anda ven.— Me atrajo hacia el y me colocó entre sus brazos. — Quiero que te despejes. Así que haz las maletas, nos vamos a Uruguay.
— Pero...Josema...
— Nada. El avión sale en 6 horas. Tenés tiempo para ir al cementerio y visitarle. Mientras yo te hago la maleta.
Le miré por un par de segundos pensando en la imensa suerte que tenía de tenerle conmigo.
—Andále. Vestíte. — Me dio en el culo y luego me dio un beso.
— Te quiero— Le volví a besar.
— Y yo.
Subí a vestirme rápidamente. No me quería poner nada del otro mundo y más si hoy iba a viajar. Me gusta ir cómoda. Al bajar, fui a la entradita a coger las llaves del coche para acercarme al cementerio pero, no estaban. Me puse a buscarlas en profundidad.
— ¿Buscabas las llaves? — Preguntó Josema apoyándose en el marco de la puerta y girando las llaves sobre sus dedos.
— Si la verdad. Déjame el coche para acercarme al cementerio por favor. — Me acerqué al uruguayo. Pero el levantó el brazo de forma que yo no llegaba. — José María Gimenez de Vargas. Las llaves del coche por favor.
— Carla, no vas a ir tú sola carajo. Vamos los dos,te acompaño.
— Está bien. Venga, vamos.
Una vez montamos en el coche, él iba a su rollo y yo al mío.
— Voy a llamar a mi madre y la voy a avisar de lo de Uruguay.
— No hace falta, ya lo sabe, se lo comenté como idea y ella fue quien me hizo tomar la iniciativa. Lo sabe todo ya. Y tú hermana también.
— Madre Mía, tú planeas muchas cosas a mis espaldas. Un día de estos te escapas y no me entero.
— Jamás me escaparía sin ti.
— Eso dices ahora uruguayo... — Reímos. — Vale ahora gira a la derecha y después de la glorieta a la izquierda.
Diez minutos más tarde llegamos al cementerio. Le pedí a Josema que se quedase en el coche, pero el insistió en acompañarme, y ya allí me daría espacio.
Una vez en frente de mi abuelo, me arrodillé y le dejé unas flores. Yo sabía que el me veía y me observaba y sabía que estaba orgulloso de mi porque el siempre lo estaba, hiciera lo que que hiciese.
— Te echo de menos abuelo, de verdad que no sabes lo mucho que te echo de menos. Y se que tengo que ser fuerte, pero hay momentos en los que daría mi vida por volverte a ver, aún que Sean solo unos minutos. Nunca me pude despedir. Mira abuelo— Señalé mi tatuaje en la muñeca — Es nuevo, y se que a ti no te gustan los tatuajes, pero este me lo tenia que hacer— En el tatuaje ponía "elo" que era como le llamaba yo cuando era pequeña. Y te prometo que ya no me haré más. Que con este y con el de la nuca vale. Abuelo, una persona muy importante para mi, me ha dicho que las personas solo mueren si son olvidadas, y que razón tiene, tú nunca vas a morir. Y se que me cuidas desde arriba, pero por suerte también tengo a alguien que me cuida aquí abajo. Abuelo, se que siempre quisiste verme con novio para poderle intimidar— Reí recordando el momento a la vez que me quitaba una lagrima— Y también me decías que me buscase a uno del Atleti, que esos valen la pena. Y no pudiste tener más razón abuelo. He encontrado el Amor y lo he encontrado en Josema. Si, alguna vez me dijiste que ese terminaría siendo mi novio, y no te equivocaste. Ha estado conmigo siempre y me ha apoyado y ayudado mucho. Es la persona más dulce del mundo, y no le quiero perder. Hay veces que me recuerda a ti. También me he graduado finalmente. La graduación fue bastante bien, el problema vino después. Cuando te eché de menos y recurrí al alcohol para olvidar, pero por suerte apareció mi ángel de la guarda. Abuelo, solo espero que estes orgulloso de mi, como yo lo estoy de ti—. Me quite la lagrima que corría por mi mejilla y me levanté apoyándome en la lápida.
Me acerqué a Gimenez el cual me dio un abrazo y fuimos juntos al coche. Me esperaba un largo vuelo y un bonito viaje.
— ¿Lista para el viaje? — Preguntó Josema dándome la mano cuando La Luz que indicaba que nos abrochásemos el cinturón se encendió.
— No sé, si estoy lista para doce horas de vuelo. Es medio día perdido.
— No dramatices, vamos a dormirnos como unas 6-7 horas y las demás las gastamos comiendo y nos podemos ver la temporada de Vikingos que nos falta.
— Bueno, diciéndolo así, no suena tan mal— Comenté mirándole a los ojos.
— ¿No será porque todo te suena y te parece mejor si lo digo yo? — Preguntó acercando su boca a la mía.
— Puede ser — Le besé.
Y segundos después el avión estaba entrando en pista para despegar. No pude evitar grabar el despegue con una mano y sujetar la mano de Josema con la otra.
Después del despegué me puse cómoda y me apoyé en el hombro de Josema.
— Gracias por esto, Josemaria, te quiero.
— No es nada. Y mirá así hoy estás un poco más cerca de tu abuelo, ya que estamos surcando el cielo— Sonrió.
— Definitivamente, te quiero— Dije para después cerrar mis ojos e intentar dormir. Las orejas me dolían demasiado por la presión.
— Carla, puede que ahora no sea el momento pero necesito saberlo. ¿Quién era el que se presentó en tu graduación?
Maldije para mí y bufé. Había llegado la hora de contarle a Josema quién era Christian, y, en el fondo tenía miedo de que reaccionase mal y todo acabase, pero dado que estábamos en un avión y tardaríamos doce horas en aterrizar decidí arriesgarme, Josema no tenía salida. Al menos por ahora.
— Verás, es complicado de explicar Josema. Antes conocernos, osea hace ya como tres, cuatro años, cuando terminé el insituto salía con un chico, Christian, dos años mayor que yo, el cual entró al ejército cuando yo iba a entrar a la universidad. Todo nos iba bien y para los horarios que teníamos nos sabíamos organizar para seguir juntos. Pero cuando llevábamos año y poco, a él le destinaron a Korea y la cosa se quedó abierta. Yo pensaba que seguíamos juntos pero el no me llamaba ni nada. Y se que podía porque hablé con su madre. Así que pensé que lo mejor sería olvidarme y resulta que estos cuatro años ha estado en Korea y resulta que seguíamos juntos, al menos para él. Entiendo que te enfades.
— ¡No! Carajo, Carla no soy celoso— Le miré sabiendo que mentía.— Vale soy celoso, pero no de esto. Esto pasó antes de conocerme y vos pensabas que habíais terminado. Es obvio que esto ha sido un malentendido. Ya hablare con él, no me gustó como se puso en tu graduación.
— Josema, es mejor que hable yo. Le dejaré las cosas claras. Christian fue mi primer novio, creo que tenemos que terminar bien—. Giménez bufó.
— Está bien...
— Oye... Pero que yo solo te quiero a ti...— Me acerqué un poco más a él para poder besarle y le di un largo beso antes de apoyarme en su hombro y dormirme.
— Te amo— Escuché que Dijo en mi oreja. Nunca antes me había dicho te amo.
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El amor es un arte. (Jose maria Giménez)
FanfictionA ella, una voluntaria normal del club de su vida, y ha hecho muy buena amistad con los jugadores, no sabe lo dura que se le va a hacer la muerte de alguien muy cercano, va a tener muchos problemas, muchas depresiones. Pero siempre va a tener ahí a...