Abrí lentamente los ojos con dificultad por la luz que entraba. Anoche nos dejamos las persianas levantadas. Miré a Josema, estaba tumbado boca a bajo con la cara mirando para el lado opuesto a mí. No quería despertarlo. Hoy era nuestro último día en Uruguay y ayer nos acostamos tarde y vinimos a un hotel en Montevideo para pasar el día en la capital Así que cogí mi teléfono y revisé las redes sociales y hablé con las chicas y mi madre por whatsapp. Eran las 9:37. Cogeríamos el vuelo a las doce de la noche. Decidí levantarme y hacer las maletas en silencio.
Cuando ya lo tenía todo recogido y cerrado, fui a coger mi teléfono para mirar la hora, el cual estaba en mi mesilla. Al tener las maletas a los pies de la cama, decidí estirarme para no tener que moverlas otra vez. Me apoyé con cuidado de no despertar al uruguayo y después me estiré. Mis manos rozaban la mesilla. Miré a Josema, el cual dormía plácidamente. Me estiré más y cuando llegaba a coger el móvil, Josema se movió, tiró de la sábana y yo resbalé y caí encima suya. Él se levantó bruscamente mirando a todos lados y me vio a mi tumbada encima suyo.
— Carajo— Dijo con una voz ronca y ráscandose los ojos— Carla, hay muchas más formas para despertarme. Y esta no es ni la más cómoda, ni la más romántica— Rió
— Quería coger el móvil— Le dije para después enseñárselo y mostrarle una amplia sonrisa.
— Pudiste pasar por el otro lado— Dijo señalando a los pies de la cama, pero luego miró y vio las maletas. — Ah... Con que pensabas escaparte...Anda ven acá— Me cogió y me atrajo con él.
— Como me he levantado pronto y no te quería despertar he hecho las maletas— Sonreí para después besarlo
—Genial, así podemos pasar un rato en la cama— Dijo sonriendo mientras me abrazaba y hundía su cabeza en mí cuello.
— Eres un vago. ¿Sabías?
— Y vos muy guapa ¿sabías?— Me besó y pasó a colocarse encima mía pero pasando todo su peso a sus brazos para no aplastarme y siguió besándome.
En un rápido movimiento me encontraba encima de su cadera. Él me acariciaba la espalda y yo pasaba la Palma de mi mano por su pelo recién cortado.
La ropa no tardó en desaparecer.
Y ahí, en un hotel en Montevideo, a las 10: 13 de una mañana de Octubre nos volvimos a perder el uno en el otro como tantas veces lo habíamos hecho antes.
Después de todo lo que ha pasado en mi vida, Josema sigue aquí, en ella. Desde el primer día que entré como voluntaria hasta hoy y siempre le estaría agradecida después de todo. Pase lo que pase.
{...}
— ¡Esto es relindo!— Comenté intentado poner mi mejor acento uruguayo y el central estalló a carcajada limpia.
— Mejor callá y andá— Me rodeó por los hombros y se acercó a mi oreja. — Me gusta tu acento de Madrid.
Estuvimos toda la mañana viendo Montevideo. Anduvimos por la Plaza Independencia, el Palacio Salvo, la Puerta de la Ciudadela, el Parque Rodó. Y a la hora de comer decidimos comer cerca de la playa en Pocitos.
— ¿Te gustó Montevideo? — Asentí. — Porque aún nos quedan algunas cosas que ver antes de volver al hotel— Comentó antes de meterse un trozo de carne a la boca.
Al estar en Uruguay, le rogué a Giménez en comer un buen asado y este no lo dudó ni un segundo antes de decirme que sí.
— No nos hemos ido y ya quiero volver— Dije para después engullir la carne, lo que causó la risa del uruguayo.
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El amor es un arte. (Jose maria Giménez)
FanficA ella, una voluntaria normal del club de su vida, y ha hecho muy buena amistad con los jugadores, no sabe lo dura que se le va a hacer la muerte de alguien muy cercano, va a tener muchos problemas, muchas depresiones. Pero siempre va a tener ahí a...