Capitulo 2

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Abrí los ojos lentamente, encontrándome con el torso desnudo de Giménez. Me gustaban mucho los tatuajes que tenía en él. Desvié mi mirada a su cara, era tan mono dormido, que no pude evitar hacerle una foto. Decidí dejarle dormido y hacerle el desayuno.

Saqué la leche y el movil comenzó a sonar; era mi hermana.

— Carla.

— Dime.

— ¿Qué tal estas? ¿Dónde estás? He ido a tu casa y no estabas.

— Si, eh... Me quede a dormir a casa de Josema. Me ha estado apoyando con todo esto.

— Me alegro, Josema es buen chico.

— No estamos juntos.

— Lo, sé. Lo, sé.

— ¿Tú qué tal has pasado la noche?

— No he podido evitar no pensar en él. Pero Fer me ha ayudado. El entierro es mañana, ¿vas a ir?

— Me quiero despedir de él.

Escuché ruido en las escaleras.

— Te dejo Sara.

— Adiós.

Coloqué todo el una bandeja y al darme la vuelta me choqué con él y me asusté tanto, como para tirarle la bandeja.

— ¡La concha de tu made Carla!

— Perdón, perdón, perdón, perdón — Cogí un trapo y empecé a limpiarle— Perdón.

— No es nada—. Se me quedó mirando.

— Emm, vale. Vete limpiándote si quieres, voy a limpiar el suelo— Le tiré el trapo y fui a por la fregona.

— Voy a ducharme.

— ¡Qué fuerte! Me dejas aquí limpiando— Comenté escurriendo la fregona.

— Oye que lo tiraste vos. A parte, te ves linda fregando—. Me guiñó un ojo y subió las escaleras.

Escurrir, fregar, escurrir, fregar, escurrir.

— Se te da bien fregar— Me susurró al oído.

— ¡Joder! Josema me asustaste— Le di en el pecho.

— ¿Tan feo soy?

— Solo un poco — Reí — Esto...El entierro es mañana, yo... ¿Vendrías conmigo?

— Claro que sí—Me abrazó.

Al acabar el abrazo, nos quedamos mirándonos fijamente. El bajó su mirada a mis labios y yo bajé mi cabeza volví a subirla y miré los suyos.

Pero su movil comenzó a sonar y nos separamos.

— Em... T-tengo que c-cogerlo.

— Claro, claro. Yo voy a ducharme y a cambiarme. A la una y media tengo que estar en Majadahonda.

Josemaria se perdió por los pasillos y yo subí arriba.

(...)

— Llegas tarde— Le reprendí a Lucia nada más bajarse del coche.

— Y tú pronto—. Le lanzó un beso a Lucas.

— Gracias por traérmela sana y salva, Luquis.

El amor es un arte. (Jose maria Giménez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora