XVII. Give up;

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El aroma de estos lugares se siente como si enviara mi estómago directo hacia mi garganta

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El aroma de estos lugares se siente como si enviara mi estómago directo hacia mi garganta. Lo detesto, sólo logra colocarme nervioso.

Busco las señalizaciones que cuelgan del techo.

Sala de internaciones, Habitación 505...

No hace falta que me fije en la numeración de las puertas cuando tomo el pasillo a mi izquierda. La silueta de papá es reconocible para mí incluso a tanta distancia. En aquellas sillas del corredor, con su espalda encorvada sobre sus piernas, sus codos en sus rodillas y sus manos sosteniendo un vaso que aunque aún no logro ver, seguro todavía va lleno porque no le ha dado sorbo.

Mis pasos apurados logran despertarlo de sus pensamientos, unos que prefiero evitar descubrir, y antes de alcanzarlo ya se ha puesto de pie, esperándome con una sonrisa tan poco creíble y esforzada que sólo logra angustiarme.

—Papá... —suelto cuando estoy llegando a él.

Su enorme mano derecha se eleva esperando mi cercanía, y cuando ésta es suficiente, se enlaza en mi cuello, dando apenas una disimulada caricia con su grueso pulgar y arrimándome más a su cuerpo. No quiero lucir vencido. No quiero que, además de toda esta mierda, crea que tiene que cuidar de mí también, pero tampoco puedo evitar dejar caer mi cabeza en su hombro.

Mis manos pican por enlazarse en su espalda, más bien en su cuello, porque los años han consumido la altura de mi padre y aumentado la mía. Pero de nuevo, trato de no agobiarlo.

—Está dormida ahora. Le han hecho ya dos transfusiones. —sus ojos me recorren luego de tenerme frente a él el tiempo suficiente, como si quisiera cerciorarse de que todo se encuentra en su lugar. Y otra vez me sonríe—. Te ves bien, has subido de peso. —agrega, dando unas palmaditas en mi vientre.

Le sonrío de vuelta. No hace tanto que nos vimos, aunque la última vez que estuve en casa no me quedé más de un día. Lo cierto es que ver a mi madre me es muy difícil.

—¿Fue... lo mismo de siempre? —pregunto cuando el ambiente de bienvenida parece haber mermado.

—Sí. Hace dos semanas que no se movía de la cama. Apenas bebía agua y se levantaba para ir al baño.

—Debiste llamarme antes, papá.

Sus ojos bajan al vaso de papel en sus manos, con un café al que sólo le faltan unos sorbos. Parece un niño recibiendo una reprimenda. Y mi garganta se encoge al pensar lo difícil que ha de ser estar en su lugar, y lo mal que estoy ocupando yo el mío. Si es que debería estar aquí con él. ¿Qué mierda estoy haciendo en Seúl de todas formas?

—No quiero que regreses. No así, no por esta razón. —dice aún sin mirarme, como si supiera exactamente lo que estoy pensando—. Sabes, hace algunas noches me levanté porque tu madre no estaba en la cama... la encontré en el patio. Estaba sentada en la oscuridad, me dijo que había tenido un sueño contigo. Que te visitaba en Seúl y que eras muy feliz allí... Me dijo que le alegraba saber que habías podido continuar con tu vida. —Continuar con mi vida. Aún no estoy muy seguro de eso—. Si regresas por ella la culpa la mataría hijo.

Outside The Box ✦ Kim Taehyung - Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora