✨Cap.8:"Dios griego"✨

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Luego de ponerme mi traje de baño (el cual consistía en sólo unos shorts) busqué mi teléfono para enviarle un mensaje a mis padres avisándoles que ya había llegado al hotel -pues mi madre me pidió que le avisara en cuanto llegara, sí, mi madre es muy sobre protectora, y aún así la amo demasiado- terminé de enviar el mensaje cuando la puerta del baño se abrió y Alec salió vistiendo su traje de baño.

¡Santa madre!

¡Este hombre parece un dios griego!

Sólo viste unos shorts azules que hacen juego con sus ojos celestes. Su torso esta desnudo, dejando ver sus abdominales perfectamente marcados. Unas cuantas gotas de agua -causadas por su reciente baño de regadera- se deslizan por su abdomen, bajando hasta su estómago y perdiéndose en el resorte de sus shorts.

¡¿Por que tiene que ser tan sexy?!

Mi mirada recorre ese torso perfecto y bien tonificado, pasando por su cuello, su mandíbula, sus labios, hasta llegar a sus ojos, y darme cuenta, de que su vista está enfocada en mi torso igual de desnudo que el suyo.

Su mirada es tan profunda, sus ojos me recorren hasta topar con los mios. Nos perdemos en la mirada del otro, ninguno dice nada. Este es un momento demasiado perfecto...

Pero el maldito timbre de mi celular suena, provocando que apartemos nuestra mirada. Quien quiera que me esté llamando ¡lo odio! Acaban de arruinar un momento perfecto para mi...

Al tomar mi celular noté que era mi madre quien me llamaba. ¡Que oportuna madre!

Escondiendo mi enojo, contesté:

—Hola, ¿qué pasa?—traté de sonar lo menos molesto posible, pues ella no tenía la culpa de nada, aunque más le vale que sea algo de vida o muerte. O si no, me enfadaré.

—Hola cariño, ¿cómo estás? ¿Llegaron bien al hotel? ¿No tuvieron ningún problema en el camino? ¿Cómo te la estás pasando?

Bien, estaba disfrutando de la vista del hermoso dios griego que tengo delante de mí, pero me interrumpiste.

—Estoy bien, no te preocupes. Llegamos bien, estamos por ir a la playa.

—¡Que bien cariño! ¡Diviertete mucho! ¡Te amo! ¡Me hablas al rato!

—También te amo, adiós —no pude evitar reírme un poco ante lo sobre protectora que puede llegar a ser mi madre.

Luego de terminar la llamada me giré hacia Alec, quien me miraba curioso, y podía notar el enojo en su voz cuando habló:

—¿Quién era, y por qué le dijiste 'te amo'?

¿Qué?

¿Acaso...está celoso?

No puedo creerlo, no sé por que siento mariposas en mi estómago con sólo escucharlo celoso.

¡Concentrate Magnus!

¡Te éstas adelantando mucho! Tal vez no está celoso. Tal vez nunca lo ha estado. Y tú sólo te estás imaginando cosas que nunca pasaran... ¿Verdad?

Pero ignoro esa voz y no puedo evitar seguir jugando con fuego...

—¿Acaso importa? ¿Por qué tan interesado?

Su expresión sigue siendo fría, sin mostrar ningún tipo de reacción.

—¿Quién era, y por qué le dijiste te amo?

Volvió a preguntar, con el mismo tono de voz. ¡Dios, ¿enserio está celoso?! No pude evitar soltar una gran carcajada, pues su expresión en cerio que intimida.

—¿Qué es tan gracioso? —preguntó.

Trate de regular mi respiración, pues haber reído así provocó que hasta soltara lágrimas. Una vez que me tranquilice me acerqué a la cama tomando mi mochila donde llevaba lo esencial para la playa. Me la colgué de un sólo hombro y caminé a la puerta. Antes de salir me giré hacia Alec y le dije:

—Creo que todos tenemos derecho a decirle 'te amo' a nuestras madres.

Y con eso, salí de la habitación. Dejando atrás a un Alec con los ojos y la aboca abierta, totalmente sonrojado.

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La tarde en la playa fue bastante divertida. Nadando y bebiendo cervezas. Tomando el sol y, en mi caso, admirando a este dios griego salido de revista. Su cabello lucía más negro gracias al agua del mar. Los rayos de sol resaltaban sus bíceps hermosamente marcados. Su pálida piel brillaba y yo sentía que me derretía como un cubo de hielo en pleno sol -casi literalmente-.

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A unas horas antes del anochecer volví solo al hotel para cambiar mi ropa, ya que los chicos dijeron que encenderían una fogata en la playa. Pero Clary, Simon, Izzy y Jack se quedaron a preparar el lugar donde sería la fogata. Alec, Sebastian y Jace fueron por las bebidas.

Entré a la habitación y busqué mi maleta donde estaba mi ropa. Al abrirla noté que había un pedazo de papel. Al tomarlo identifiqué el tipo de caligrafía que es imposible para mí no reconocerla.

Era de Alec.

Un revoloteo se implantó en mi estómago. La emoción inundaba mi cuerpo. Al leerla decía...

≈ Magnus, tengo una sorpresa para ti festejado. Lleva contigo este frisbee. ≈


Al divisar mi maleta encontré aquel frisbee azul, el mismo que utilizamos Alec y yo para jugar.

Una gran sonrisa se entabló en mi rostro -casi sin darme cuenta-, me apresuré a elegir mi mejor ropa para esta noche, pues quería que esta noche fuera totalmente especial.

Después de todo, hoy es mi cumpleaños. Y al parecer, me la pasaré muy bien.

Nuevo capítulo. 😍👏🍃
Espero que estén disfrutando esta historia. 🙈❤
Los adoro!! Gracias por seguir leyendo!! 😻👌
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Hasta luego. ✋💖

"Mi primer beso" [Malec]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora