[POV ALEC]
La muerte de Celia, la madre de Magnus, me golpeó tanto como a él. Ella siempre fue como una segunda madre para mí.
Me siento tan mal por Magnus, me duele la pérdida de Celia, pero me duele más ver a Magnus sufrir tanto.
Esta mañana durante el funeral, no me separé ni un segundo de Magnus. Él se aferró a mí en todo momento. Le permití llorar en mi hombro, jamás lo abandonaría en una situación así.
No me imagino lo que es perder a una madre. El dolor debe ser insoportable. Por esa misma razón no me alejé de Magnus.
Cuando llegamos a su casa por la tarde, me encargué de llevar a Magnus a su habitación para que descansara. Lo arrope con una de las sábanas de su cama, bajé a preparar un poco de comida para Magnus y su padre.
Asmodeus Bane, el padre de Magnus, había subido a su recámara en cuanto llegamos a la casa.
Busqué en la nevera algo que pudiera usar para preparar algo rápido. Cuando terminé de preparar la comida la coloqué en una bandeja y subí a la recámara de Asmodeus Bane. La puerta estaba entreabierta pero aún así toqué con mis nudillos la madera para saber si podía pasar. La respuesta no tardó ni un segundo:
—Pasen.
La voz de Asmodeus sonaba totalmente cansada y sin ánimo. Al entrar a la habitación pude ver a Asmodeus sentado en la esquina de la cama, sostenía un álbum de fotos en sus manos.
Al subir su rostro para verme a los ojos pude notar las ojeras de cansancio que yacían debajo de sus ojos. El señor Asmodeus Bane siempre ha aparentado menos años de los que en realidad tiene. Pero en estos momentos, la situación, el cansancio, la tristeza, resaltan todas esas facciones de su rostro que le hacen parecer años mayor de lo que es.
—Preparé algo de comida, debes tener hambre, ha sido un día largo. También le llevaré una bandeja a Magnus.
Asmodeus me sonrió de lado a lado y palmeó un espacio junto a él.
—Ven un momento aquí, Alec.
Dejé la bandeja de comida en la mesita de noche y me senté a su lado. Asmodeus acercó el álbum de fotos dejándolo en medio de nosotros.
Las fotografías que estaban a la vista eran de Magnus cuando tenía cinco años; él estaba sentado en el sofá de la sala con una de sus mascotas de ese entonces, un perro llamado Zapato. No bromeo, su nombre era Zapato. Magnus le puso ese nombre puesto que su madre reprendía al pobre perro golpeándolo -suavemente- con un zapato cuando se portaba mal.
—Es impresionante cómo esa mujer estaba llena de ternura y amor. Pero tenía un carácter que lograba mantener todo y a todos bajo control —Asmodeus me dedicó una sonrisa melancólica.
—Seguro que sí, mantenía todo bajo control, sin importar qué —hice una pausa tratando de encontrar las palabras correctas, un nudo comenzó a formarse en mi garganta pero eso no me impidió hablar—. Lo siento, Asmodeus. Lamento tu pérdida y la de Magnus.
—Estas cosas pasan, ¿no? Son cosas que no están en nuestras manos. Aún no puedo creer que ya no está con nosotros. Fue la mujer más maravillosa y hermosa que pude conocer. Fue la mejor madre y esposa que pudiese existir.
Asmodeus cambió la hoja del álbum fotográfico mostrando una de las fotografías que siempre estará en mis recuerdos.
Éramos Magnus y yo a los 7 años, los padres de Magnus habían organizado un pequeño viaje de campamento para celebrar el cumpleaños de Magnus, por supuesto fui invitado. Tras acampar junto a un lago en Montana, a Magnus se le ocurrió ir a nadar por la noche al lago. Mientras sus padres dormían, nosotros nos metimos a nadar, sólo hizo falta quince minutos nadando en el lago con el agua helada para que al día siguiente Magnus despertara completamente resfriado.
—Recuerdo que tras enfermarse, tú nunca lo dejaste solo, ni por un segundo. Ni siquiera cuando volvimos a casa, ta la pasaste visitándolo cada diez minutos para ver si había mejorado. Y como si eso no fuera suficiente, dejabas la ventana de tu habitación abierta para poder hablar con él desde sus habitaciones.
Eso es verdad. Desde ese momento, el hábito de dormir con nuestras ventanas abiertas, había crecido ese día.
—Siempre has estado a su lado, Alec. Desde que tenían tres años, cuando se conocieron, nunca lo dejaste, siempre lo has cuidado y protegido. Te preocupas por él y no sabes cuanto te agradezco eso.
Las lágrimas comenzaban a acumularse en los ojos de Asmodeus, provocando que las mías salieran también.
—Se supone que yo debería estar cuidando de mi muchacho. Debería estar consolándolo. Perdió a su madre, Alec. En lugar de estar con él estoy aquí ahogándome en mi propio dolor y siendo un egoísta con mi hijo.
—No lo eres, Asmodeus. No eres egoísta. En estos momentos, Magnus está teniendo su momento de luto y tú también te lo mereces. Cuando los dos estén listos, estarán el uno para el otro.
—No sabes cuanto te agradezco esto Alec, estás aquí, cuidando a mi hijo. Gracias. Gracias por protegerlo y preocuparte por él.
—Siempre lo haré.
Permanecimos unos segundos en silencio. Comprendí que debía darle su espacio a Asmodeus, así que me puse de pie y avance hasta la puerta.
—Le llevaré su comida a Magnus. Si necesitas cualquier otra cosa, no dudes en llamarme —cuando estuve a punto de salir por la puerta su voz me detuvo.
—Alec...
—¿Si?
—No sabes lo afortunado que es Magnus al tenerte. Los dos se quieren tanto, ya no lo oculten.
No sabía qué contestar a eso, así que sólo cambié de tema.
—Deberías tratar de dormir un poco, Asmodeus.
Nos despedimos con una sonrisa y me dirigí a la habitación de Magnus.
Nuevo capítulo. 😻❤🍃
Espero que les esté gustando. 🙈💕
Muchas gracias a todos por sus votos y comentarios. Sigan así! 😍😊👏 Me motiva saber que les gusta la historia.
Nos vemos. ✋💞
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"Mi primer beso" [Malec]
Fanfiction~†~†~†~ Magnus Bane y Alec Lightwood han sido los mejores amigos y vecinos desde que tenían tres años. Pero los sentimientos evolucionan con el paso de los años y Magnus comienza a tener sentimientos extraños hacia Alec y no sabe si éste le correspo...