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POV Lauren

Siento mis pulmones arder miro la cuadra de mi casa con anhelo, vengo trotando desde hace una hora, miro el reloj en mi muñeca faltan quince minutos para siete de la mañana, al llegar a la entrada saco mis auriculares de los oidos, me inclino apoyando mis manos en mis rodillas para respirar un poco mejor, miró hacia la cochera para darme cuenta que mi madre aun está ahí, suspiro con fastidio y entro a la casa.

La oigo saludarme apenas pongo un pie dentro la ignoro y subo corriendo las escaleras, entro a mi habitación y paso el seguro de la puerta me saco la franela totalmente empapada de sudor, luego bajo mis buzos, no sin antes sacar mis zapatillas, en menos de un minutos estoy desnuda cogiendo una toalla para darme una ducha.

Luego de salir del baño me coloque un bóxer negro, un sostén deportivo del mismo color, una franela ancha azul, y unos jean azules detenidos, zapatillas blancas y el cabello suelto luego de peinarlo un poco, pinte mis labios de color rojo intenso y delinee mis ojos, cogí mi billetera junto a mi celular.

Cuando baje las escaleras mi padre venia llegando al verme se sonrió ampliamente abrazandome le correspondi, aunque para serles sincera no soy de demostración de afecto no me lo dieron ni me enseñaron, asi que no estoy acostumbrada a ello.

Mike:_Cariño.... -le sonrei leve y camine con él hacia la cocina.

Lauren:_¿Como estás Pa? -le dije en un susurro mirando a mi madre de reojo cocinar.

Mike:_Cansado cariño pero muy contento de verte, vaya que te has vuelto toda una mujercita... -decía mirándome de pies a cabeza, le Sonreí sentandome en sus piernas mientras veía a mi madre reírse disimuladamente.

Lauren:_Algún día tenia que crecer. -le susurré dándole un beso en la frente.

No me la llevaba bien con mi mamá a medias con mi padre y es que apenas lo veía, cuando mucho dos o tres veces al mes; él trabajaba como transportista o camionero como quieran llamarle y se la pasaba viajando de una ciudad a otra por todo el país, económicamente estábamos cómodos pero como saben el dinero no lo es todo en la vida, más teniendo una madre como la mía.

Clara Morgado de Jauregui una mujer de treinta y cinco años, me tuvo súper joven a los diecisiete años para ser exactos, solo que nunca me quiso por mi condición mas que todo me crió mi abuela, pero hace unos cinco años que mi abuela dejo de estar en el plano físico porque en mi corazón y en mi mente siempre estará.

Mi madre es abogada nunca está en casa siempre está en "casos" que resolver, mas bien creo que un día de estos mi padre no entrara por la puerta de la cornamenta que trae, tengo un hermano de siete años la adoración de mis padres aunque no puedo quejarme de mi padre, siempre me ha tratado con amor y cariño.

Sin embargo él siempre está ausente y he tenido que criarme desde que mi abuela murió prácticamente sola, suerte que aprendí a cocinar y que me inculco comer sano y ejercitarme, mi abuela sufría de diabetes por lo tanto se cuidaba mucho y aprendí eso de ella, a eso se debe mi físico y mi poco atractivo hacia los dulces y comida chatarra.

Mi hermano no ha tenido que pasar por lo que yo, como si fuera un milagro mi madre lo atiende lo lleva al colegio y está pendiente de todas las cosas de él.

Cada vez que me voy a un viaje, me pelea intentando evitarlo pero siempre consigo lo que quiero.

Ella quiere que estudie para medico, no me interesa ninguna carrera en especifica por ahora solo quiero vivir mi vida recorriendo el mundo es costoso y ella no quiere darme dinero, por eso desde que tengo quince trabajo después del colegio y ahora que me gradúe del colegio trabajo todo el día, por la mañana en una tienda de música por la tarde en un café y en la noche en un bar.

Suceso Inesperado (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora