CICATRICES

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Había pasado un año después de aquello, casi no veía a Stella pero por ella no debía descuidar mis estudios, faltaba poco para graduarme.

Estaba acostada en mi cama, era fin de semana, me merecía este descanso, de la nada mi móvil vibra, era ella.

-Cariño, estaré en casa pronto.

Suspire dejando el móvil en su lugar, ¿qué traerá esta vez?

Creo que dormí dos horas, un agradable olor inundo mis fosas nasales, mi estomago gruño por lo que decidí ir a la cocina y allí estaba Stella...

-Hola osita, veo que despertaste, no quería levantarte, te veías muy mona. Prepare tu comida favorita, ve a sentarte.

Sin decir nada me dirigí a la mesa, el invierno había desaparecido y ahora hacía calor, por lo que mi vestimenta consistía en una blusa holgada y mi interior.

-Buen provecho.

Dejó los platos sobre la mesa y beso mi frente para luego sentarse a mi lado. Lamí mis labios tras masticar el primer bocado, me acerque y bese su mejilla recibiendo de su parte una radiante sonrisa.

-Feliz aniversario.

Casi me atraganto, bueno, mentí, tuve que beber el agua rápidamente para aliviar mi garganta. ¿Cómo pude olvidarme de este día? Maldición, nunca me había pasado.

-Es...hoy?

Ella río, no estaba enojada...

-Sí, descuida, hoy tengo libre, quieres ver películas después de comer?

Y así pasamos nuestro día, viendo películas de terror, ficción y románticas, entre risas y llanto.

Stella todo el tiempo me acariciaba, sus manos se movían casi por todo mi cuerpo, yo reía porque sabía lo que hacía, no puedo negar que también lo quiero, llevamos meses sin hacerlo.

Me senté para subirme al regazo de mi prometida, ella llevo sus manos a mis piernas acariciando estas mientras subía a mi cintura.

-Vayamos a la habitación...

Ella sonrió, me sostuvo para levantarse mientras yo me abrazaba como koala a su torso y reía por la situación.

Me recostó sobre la cama y me miró, su forma de mirarme no había cambiado para nada....es como si viera mi alma, aquello me hacía feliz ya que era la misma mirada cuando nos vimos la primera vez. Sonrío al besarme, correspondi al beso, este era diferente, como si fuera el primero, sus manos bajaron de mis hombros hasta mis muslos, los acariciaba y apretaba, separó el beso para quitarme la blusa, se sorprendió al ver mi torso desnudo -era mi día libre, no iba estar siempre con brasier- su sonrisa era de lujuria y fue directo a mis senos, mordiendolos, lamiendolos y apretandolos, joder, me esta prendiendo. Como pude le quite su blusa seguido del brasier, mis manos ahora estaban apretando su glúteo provocando que se acercara más a mi mientras ella movía su cadera haciendo fricción en nuestras intimidades provocando gemidos de mi parte.

Dejo de manosear mis senos para descender mientras besaba mi estómago y parte baja, sus manos deslizaban mi interior dejándolos por mis tobillos, se separó un poco y elevo mis piernas mientras las cerraba dejándome expuesta ante ella, vi como lamía sus labios al acercarse a mi intimidad y oh joder...

-Ah~ Stella...

Madre mía...cuanto extrañe su  lengua, juro que en este momento debo estar visca y apretando las sábanas.

Movía su lengua como toda una experta, pero que experta maldición, tanto fue el tiempo sin acción que no aguante mucho tiempo cuando metió dos dedos, santa madre de dios, piedad.

Inevitable (Lesbico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora