Del odio al amor, solo hay un paso.

Capítulo 33

Jack

Mérida y yo nos reímos por sus hermosas caras. Pero luego se voltearon hacia otro lado, se les veía un poco de molestia, de repente se van de la mesa.

Mérida y Jack: ¡Esperen!, ¿No están molestos o si?

Astrid e Hipo: ¡Ustedes que creen!

Y así se van de la mesa, pero Astrid se va a la sala e Hipo se va al jardín.

Mérida y Jack: ¡Esperen!

Nosotros vamos tras ellos mientras los demás siguen en la mesa y se ríen por el pequeño acto. Sigo a Hipo hasta el jardín.

Jack: Hipo, ¿En verdad te molesto que hiciera eso?

Escuché como Hipo se ríe levemente, me tranquilice un poco.

Hipo: No, no me moleste, bueno, un poco, es que fue muy de repente, eso es todo.

Jack: Aahh bueno, menos mal.

Hipo estira sus brazos y yo acepto el abrazo, cómo Hipo me llega casi a la nariz pude sentir como se acurrucada en mi cuello.

Hipo: No podría enojarme por algo así, para mí fue un gesto tierno y hermoso.

Jack: Me alegro, oye, ¿Quieres quedarte hoy en mi casa?, Claro, esta vez vamos a tener más privacidad.

Hipo: Jajaja, sii, me gusta la idea, pero nada de insinuaciones Jack.

Jack: Por supuesto bebé.

Hipo: ¿Eh?

Hipo se sonrojo a más no poder hasta las orejas, en un principio no entendí por qué, luego me di cuenta que le había dicho bebé, tenía pensado decirle así más adelante, no ahora. En este momento ahora soy yo el que se sonroja a más no poder.

Jack: Ah, yo, yo, tenía pensado decirlo más adelante, n-no ahora, se me salió.

Diciendo todo esto, ambos seguíamos sonrojados.

Hipo: Ah, no, está bien, me gusta.

Luego, esbozó una sonrisa, después yo también sonrío, ambos sonreímos tontamente, aahh en verdad estoy locamente enamorado de él.

Todos (excepto Jack e Hipo): Aaawww, que tiernos/ lindos/ cómo han crecido.

Escuchamos murmullos de la puerta del jardín, nos volteamos y prácticamente estaban todos ahí. Hipo y yo nos sorprendimos mucho y nos sonrojamos de vergüenza.

Jack e Hipo: ¡¿Desde cuando están ahí?!

Emma: Desde que Jack te llamo bebé Hipo.

Jack: Menos mal, fiu.

Flynn: ¿Por qué?, ¿Que estaban haciendo pillos?

Hipo: ¡¡Na-nada!!, ¡Vamos a cenar!

Jack: Opino lo mismo.

Hipo y yo entramos a la casa tomados de las manos, el simple hecho de que nuestras familias y amigos estén aquí no significa que nos avergüence hacerlo, al menos enfrente de ellos, en la calle y escuela especialmente si nos daría un poco pero es cosa de acostumbrarnos.

Luego de este pequeño espectáculo nos sentamos a cenar, fue la cena de año más hermosa que puedo recordar, y no se diga de la cena, estuvo deliciosa, recogimos y limpiamos para ayudar a los Abadejo, luego les pedimos permiso a nuestros padres que si Hipo se podía quedar en mi casa, ellos no tuvieron problemas, luego Astrid y Mérida hicieron lo mismo para que Astrid se quedará con Mérida, obviamente también les dieron permiso, Hipo y Astrid fueron a hacer una pequeña maleta para después cada quién irse a su casa.