🌙5. Predestinación cósmica

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Esa noche volví a la habitación, porque no fui capaz de estar a su lado sin llorar.

Y me dolió más que a él dejarle.

Así que cuando le veo esperándome en el aparcamiento del colegio después del fin de semana ignorándole, me pongo nerviosa.

Aprieto las asas de la mochila cuando paro en frente suyo, con la mirada inquieta y buscando las palabras adecuadas. Él parece igual de nervioso que yo.

-¿Hae?

Le miro directamente, solo para ver arrepentimiento en sus ojos.

-No tenemos que hablar de esto Taehyung, está bien -me muevo hacia la puerta de la furgoneta, pero me coge de la muñeca devolviéndome a mi posición anterior.

-No, no está bien -suena molesto por mi pasividad, pero suspira para recomponerse-. Si no fueses humana...el chupetón te habría marcado -confiesa al fin.

Me quedo mirándole seria, se siente fatal y seguramente se vaya a culpabilizar de su falta de control el resto de la semana.

-Pues entonces demos gracias de que no tenga efecto en mí. Me alegro de que ya estés bien, ¿llamaste a alguna chica? -pregunto seca, viendo cómo sus manos van hacia mi cuello con algo de decepción.

Taehyung asiente, y en el fondo le encantaría que la marca tuviera efecto. Pero eso también conllevaría la responsabilidad de ser su pareja, y no sé si estoy preparada para eso. Tampoco es como si pudiese.

Demasiados obstáculos biológicos

-¿Lo has tapado con maquillaje? -su ceño se frunce cuando ve mi cuello.

-Sí, no puedo ir por el instituto con eso si quiero que me vean con decencia ¿sabes? -el sarcasmo se apodera involuntariamente de mi voz.

-¿Con decencia? -se ríe seco-. Esto es lo que odio de vosotros, que tratáis el tema del sexo como un tabú. ¿Un chupetón es vulgar? ¿Te hemos criado tan mal como para que pienses así?

-Taehyung no empieces, ¿vale? Una cosa es la realidad en la reserva, y otra la realidad conservadora del colegio y la sociedad normal -le advierto.

-¿"Normal"? -repite dolido-. Los chupetones son marcas de deseo, no de vulgaridad -insiste.

-Pero ese tampoco ha sido mi caso -espeto sin pensármelo dos veces, hiriendo sus sentimientos. Su mandíbula se tensa y sus puños se cierran-. Me lo hiciste a la fuerza en un arranque de posesividad. También me habéis criado con el consentimiento, y en ese momento no hubo ninguno -añado-. Y ahora si no te importa quiero volver a casa.

No me habla en el trayecto a la reserva, y cuando llegamos da un portazo y se encierra en su habitación.

-¿Qué coño le pasa? -Yoongi me recibe tumbado en el sofá con una botella de cerveza, como todos los demás.

-Las reglas que puso le están pasando factura -la ambigüedad deja una gran confusión en el salón, pero no comentan nada. No tardo en unirme y tirarme al sofá entre quejidos-. Agh, se me va a quedar el culo cuadrado por culpa del instituto.

-Normal, si te saltas los ejercicios de glúteos en los entrenamientos... -dice Jimin desde el sillón de enfrente, y veo de reojo cómo Namjoon le mira con algo de reproche por su comentario.

-¿Quieres cerveza? -Hoseok me mira con una sonrisa tan exagerada que resulta cómico.

-No, gracias. Quiero comida de verdad.

-¡Ya va! Un poco de paciencia, caray... -se oye a Jin gritar desde la cocina, sacándonos unas risas a todos.

-Algún día tendrás que perder tu virginidad alcohólica -miro a Yoongi y le saco la lengua.

Primavera en la pradera ; kth [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora