🌙29. Enfermería abstracta

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Haejin

-¡Voy a llegar tarde por tu culpa! -me aparto de su cara, esquivando el sexto beso del minuto.

-El último -coge mi cara entre sus dedos, regalándome una sonrisa sensual y tierna que no sé cómo es posible.

-Pero has dicho eso mismo en los anteriores besos -se me escapa una risa, mirando a mi compañero con ojos de felicidad.

-Venga, Hae... -me atrae de la nuca en otro beso con lengua, y noto mi cara caliente cuando manosea mis muslos por debajo de los pantalones cortos de chándal. Sonríe una vez obtiene lo que desa-. No todos los fines de semana tu compañera te salva de la muerte con sexo salvaje. Has creado un monstruo sexual.

-Qué bestia eres -finjo enfado al apearme de la furgoneta, y noto un tirón suave en mi mochila antes de que me dirija a clases.

-Sabes que te lo digo con cariño -me alza la barbilla, y pica mis labios haciéndome morir de diabetes.

Me pongo de puntillas, mis zapatos a centímetros de los suyos cuando me inclino a su oído.

-Cuando vuelva a casa me puedes ayudar a estudiar en mi habitación... -aprieto sus hombros intencionalmente, y le regalo un beso a su definida mandíbula que le hace suspirar.

Me doy la vuelta hacia el edificio, y ondeo la mano en un adiós.

-¡E-espera! ¡¿Eso significa hacer deberes de verdad o repetir lo de la otra noche?!

No puedo evitar reírme con su duda, y le guiño como despedida final.

Camino por los pasillos tranquilos, cuando de repente alguien coge mi brazo.

-Ey, Haejinie -Jaehyun me sonríe cordialmente, y me desvía hacia las escaleras sin decir nada más.

-¿A dónde vamos?

-La profesora me ha pedido que vaya a por raquetas -explica, tirando de mi brazo con demasiado entusiasmo-, pero son muchas y no puedo solo.

-Vale, te ayudo -suelto sus dedos disimuladamente, y le sigo hacia el cuarto de equipamiento deportivo.

Nos repartimos las dos estanterías, y mientras recopilo las raquetas de los estantes inferiores oigo cómo tararea. Noto una ligera brisa de aire frío a pesar de que la puerta está cerrada.

-Jae, ¿no tienes frío? -me estiro hacia el estante superior, y nada más mis manos tocan la raqueta noto algo sólido detrás.

-Estoy bien -concluye pegándose a mí, y trato de no darle mucha importancia cuando me presiona sin querer contra la estantería-. ¿No tienes sueño?

Por arte de magia mis brazos se debilitan, y me tengo que agarrar a la estantería cuando casi me caigo.

Joder, ¿qué me está pasando?

Me centro en respirar, y cuando noto a Jaehyun a mi lado le tiendo la mano para que me ayude a levantarme.

-Haejinie -se agacha a mi altura, y me coge la cara cuando comienzo a temblar del frío-, ¿llevas perfume masculino?

Percibo su nariz en mi mandíbula, oliendo el perfume.

-No.

Probablemente sea Taehyung.

-Pues es jodidamente desagradable -su mano rodea mi nuca, y mis ojos se cierran cuando noto una fuerza exterior afectarme. ¿Está usando sus feromonas?, ¿es el aire acondicionado?

-T-tengo mucho frío, Jae -no me caigo de lado porque me está sujetando, pero me siento débil e inútil.

-Estás destemplada -se quita la chaqueta deportiva y me la coloca, subiendo la cremallera hasta el cuello-. Te llevo a la enfermería, ¿vale?

Primavera en la pradera ; kth [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora