Capítulo X

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Las ropas fueron acomodadas rápidamente luego de que el ambiente entre ellos se rompiera y sus mentes entraran en razón. Fuera cual fuera la excusa que dieran sabían que no sería creíble, se había dejado llevar y no podía volver a repetirse de esa forma, hubiese o no hubiese cámaras de por medio; Makoto se abofeteó mentalmente por haber actuado de forma tan impulsiva, todo aquello de verdad no podía volver a ocurrir.

La puerta volvió a ser golpeada, debían actuar rápido. Le hizo un gesto a Sousuke para que fuera hacia el cuarto de baño a esconderse, a pesar de que no estaban haciendo nada malo, se recordó en silencio, pero eso no se entendería de la misma forma por la otra persona. En cuanto el moreno le asintió con la cabeza y fue hacia la otra habitación para cerrar la puerta, Makoto fue hacia donde la estaban golpeando y abrió.

—Rin —se frotó un ojo mientras simulaba un bostezo— ¿sucede algo? —debía dar la imagen de adormilado si es que quería distraer a su pseudo jefe de sus verdaderos motivos.

—Makoto, ¿estabas durmiendo? —otro bostezo por parte del castaño—, disculpa, pero estoy buscando a Haru, ¿no lo has visto?

—¿Haru? No, salió al mismo tiempo que ustedes de la sala.

—Maldición, desapareció y no he podido encontrarlo —Matsuoka chasqueó la lengua mientras se revolvía los cabellos rojizos—. Ese Haru, nunca cambiará...

—Rin, ¿por qué estás buscando a Haru? —otro chasquido proveniente del más bajo que luego le hizo un gesto para que lo dejara pasar a la habitación. El castaño se hizo a un lado y cerró la puerta cuando ya los dos se encontraban dentro, esperando que Sousuke escuchara la voz de su amigo al interior y no saliera de la nada.

—Tu... tu conoces nuestra historia, Makoto —al principio dudó un poco en hablar mientras caminaba nervioso a los pies de la cama, luego cuando se sentó sobre ella de forma abrupta, soltó todo el aire y comenzó a hablar—. No puedo evitar preocuparme por él, no es como que no me importe, es solo que...

—Lo sé, Rin. Sé que quieres mucho a Haru, de lo contrario ninguno de los dos estaría aquí, ni siquiera yo. —Tachibana se acercó y se sentó a su lado colocando una mano tranquilizadora en la pierna que no dejaba de moverse en un tic nervioso. —Es obvio que después de todo lo que sucedió todavía queden sentimientos de por medio, no debes sentirte mal por ello, tal vez si los dos conversaran...

—No, sabes que no podemos hablar al respecto, eso solo complicaría las cosas.

—Rin, ¿no crees que el motivo por el que estén las cosas tan complicadas es porque nunca se sentaron a hablar exponiendo sus sentimientos?

—¡¿Y de qué me hubiese servido?! ¡Cuando iba a hacerlo él se alejó con...! —Matsuoka se había colocado de pie de un solo movimiento, volviendo a su conducta inquieta y molesta.

—Ibas, es pasado y algo que no alcanzó a ocurrir. Tienes que comprender que hasta que no soluciones este tema no podrás seguir avanzando, debes superar a Haru —un silencio apareció en la estancia—. Rin, hasta el momento no te había afectado tanto lo sucedido, ¿pasó algo que...?

—Ya es tarde, si no vamos a almorzar ahora no alcanzaremos a comer nada, vamos Makoto.

Tema sensible y delicado, más de lo que era el tópico "Haru", analizó el castaño. Era mejor detener eso ahí por hoy así que asintió y se colocó de pie también para ir hacia fuera, por el rabillo del ojo se fijó en la luz roja de la cámara que todavía debía de estar filmando y tragó saliva.

—Rin, adelántate, iré al baño y luego te alcanzo.

Matsuoka asintió y salió. Makoto soltó el aire contenido y fue a apagar la cámara, sintió detrás suyo como la puerta del baño se abría y aparecía un confundido Sousuke con el ceño fruncido.

Entre cámaras y sábanas [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora