Entre cámaras y sábanas [Terminado]

Capítulo XV

Para cuando Yamazaki volvió a la estancia, Makoto lo esperaba con una sonrisa de esas que no llegaban a iluminar sus verdes ojos, pero como el moreno había decidido con anterioridad, dejaría de importarle lo que le pasara a su "entrenador". Solo trabajo, se recordaba una y otra vez.

—Bien, ¿ahora qué es lo que viene?

Makoto sonrió más ampliamente y dudó. Durante la breve ausencia de Sousuke había sopesado dos opciones: la primera era hacer como si nada y seguir con ese entrenamiento hasta dejar tan agotado a Sousuke que tendría que pensar dos veces sobre si valía la pena salir a su cita y de ir no querer tener sexo. O la segunda era tomar sus cosas e irse de ahí cuanto antes, el pecho le dolía y necesitaba aire fresco para pensar sobre Yamazaki sin tenerlo alrededor.

—Nada, creo que eso será todo por hoy. —Al final aquello sí le pesaba más. —Recibiste un mensaje, creo que referente a tu cita.

Se mordió la lengua, había sonado mucho más como novio posesivo de lo que le hubiera gustado, si quería sonar despreocupado, pues había fallado. Sousuke se le quedó mirando mientras alzaba una ceja y tomaba su móvil para ver el mensaje que le había llegado.

­­―¿Es broma, Tachibana? En serio, dime que es broma.

―No lo es, Sousuke. Solo creo que si ya tenías planes pues es mejor esto hasta acá y es hora de que me vaya para no molestarte.

El celular fue arrojado al sillón cerca de donde el castaño se encontraba, sobresaltándolo. Makoto lo miró y luego dirigió su vista hasta Sousuke que se paró frente a él y lo arrinconó donde estaba sentado; sus ojos casi siempre asemejando a un mar en calma ahora solo mostraban la tempestad que se avecinaba.

―Lo único que me molesta es esa actitud tuya tan de mierda, porque no hay otra forma para llamarla. Sí, no, no sé. ¡Me tiene harto! ―Makoto se estremeció al verlo y escucharlo así tan de cerca―. En menos de un día me has confundido más que nadie en años, o sea, es que no te entiendo, ¿no puedes ser claro? Dices que solo es trabajo, pero luego me haces una escena de celos...

―No hice ninguna escena y mucho menos de celos ―se defendió.

―¿No? Pues sonó exactamente a una. No veo porque te tiene que importar con quien salga durante mi tiempo libre.

―Sabes que debes informar en la empresa si es que comienzas a tener una relación romántica fuera del horario laboral y que es parte de tu trabajo también el cuidarte durante el acto sexual.

―¿Y por qué crees que me voy a acostar con Kirishima? ¡Ni siquiera estamos saliendo! Lo conocí esta semana en el gimnasio mientras comenzaba las prácticas que también debo realizar como parte del trabajo. O sea, entre los dos no hay nada, solo nos estamos conociendo como amigos.

―No se veía así la otra noche en el bar ―murmuró el castaño.

Sousuke se retiró y dio una vuelta por el lugar mientras trataba de tranquilizarse.

―Así que por eso aparecieron en el bar, me estabas siguiendo, ¿no es cierto?

―No es así, como te dije, fue Ha...

―¡Deja de mentir! Ahora entiendo perfectamente porqué fuiste, querías asegurarte que no pasara nada con él, que no me fuera a su departamento luego o que Kirishima viniera al mío. Incluso me arrastraste a mi propia casa... En verdad Tachibana, sé sincero y dime qué es lo que quieres de mí.

Makoto se mordió el labio inferior y apretó sus manos en un puño. Sabía que todo lo que le estaba diciendo Sousuke en ese momento era cierto, había tratado de negarlo incluso para sí mismo, pero no podía engañar a nadie: todo era cierto. El gran dilema ahora era no afrontar sus sentimientos, sino que contestar a esa pregunta.