Elenna.
Quedé preocupada por Elif, ni siquiera leyó mis mensajes de texto ―eran demasiados, se podía notar la insistencia―, que le deje en su teléfono. Me preguntaba si algo le habría pasado, solía tener una suerte no tan envidiada. Además me sentía culpable por la salida de improviso esa noche, a lo mejor se enfadó conmigo por no elegirla, pero sabía que ella no era así, había más. Tenía la impresión de estar saltándome un punto, una pista que me llevaría a ella, pero aun no podía conseguirla y no sabía cómo lo haría ni cuánto tiempo me costaría.
―¡Enna espera! ―una voz llamó mi atención. Algo raro, creí haber sido la última en salir de los camerinos.
Me sentía exhausta, el señor Foxter era demasiado exigente con la clase. A veces solía ser más condescendiente con las chicas, pero hoy, por supuesto que no lo fue. Creo que su excesiva preocupación por las olimpiadas, acarrea la serenidad de otros.
―¡Bien! ―la sonrisa de Asher se dibujaba de par en par―. Pensé que no te alcanzaría.
Su expresión de cansancio se asemejaba a mi agotamiento interior. Nunca antes sentí una necesidad tan fuerte de salir corriendo en dirección a casa. Debía de necesitarla mucho.
―Hoy la clase fue dura, pero mañana estaremos listos ―animé recordando el partido de voleibol, el que iniciaba los juegos deportivos, me aturdía lo rápido que pasaban los días―. ¿Necesitabas algo? Últimamente andas un poco inquieto.
―Solo quería preguntarte si has sabido algo de Elif, no me ha contestado los correos que le envío y estoy empezando a preocuparme, otra vez.
―No. Estamos en la misma situación ―respondí viendo la inesperada inquietud por parte de sus expresiones corporales, no conocía nadie tan evidente como él―, pero descuida, de seguro solo se ha quedado dormida o perdió el teléfono.
―Sí, eso tiene que ser ―se agachó sosteniendo su peso sobre las rodillas. Elevando la mirada en busca de algo más. Era capaz de escuchar la extrema potencia con la que sus pulmones inspiraban aire―. Creo que me está evitando ¿No lo crees?
Entendí rápidamente su punto. Asher había estado enamorado de Elif durante mucho tiempo, pero ella no le prestaba mucho esmero. Me sorprendía que no se hubiera dado cuenta de la presencia de Cameron, el que si traía loca a Elif, aunque mi amiga no lo expresara.
―Vamos ¡Ponte a pensar por un segundo! ―reí esperando que su expresión cambiara de pena a enojo. Sus estados de ánimo estaban siendo la mejor parte de esta jornada―. Ella tampoco ha estado contestando mis mensajes y eso que he mandado más que tú.
Sabía que llegaría muy lejos si le decía sobre la aparente limerencia de Elif por causa del chico nuevo. Sin embargo no era mi inconveniente y por primera vez, no me fijaría en líos ajenos ―que ya me ha ido bastante mal con esos tipos de embrollos―. Quizás solo debía admitir que Asher se ilusionaba demasiado rápido ¿No? No era capaz de destrozarle el espíritu ahora, cuando ni siquiera el oxígeno circula con desenvoltura entre sus venas.
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SOMBRAS INMORTALES
VampirLa sangre corría por mis venas y de un momento a otro, lo hacía fuera de ellas. La habitación imaginaria estaba siendo tintada por el color carmesí, llamando a las bestias en busca de hallar mi muerte. Las lágrimas rozaban mis labios, mientras ellos...