Cap.4

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— ¿Aqua? — pregunté confundido — nunca oí hablar de él —

— por lo que oí tiene muy buena fama — respondió.

Asentí convencido.

Terminamos de comer y volvimos a casa junto a su pequeño equipaje.

— te llevare a tu habitación — le dije.

Le guié por la casa hasta subir un piso y plantarle en una habitación bastante cómoda para el.

— gracias amigo — agradeció.

— sabes que odio que me agradezcan, solo entra, date un baño y luego haz lo que quieras — dije serio y el soltó una carcajada.

En realidad odio la palabra "gracias"

Llegue a mi habitación y descansé para luego salir esta noche.

[...]

— ¿Drake? — oí mi nombre detrás de la puerta.

Medio dormido me levante para abrirle la puerta.

— ¿ocurre algo? — pregunté con mi voz ronca.

Negó.

— son las nueve de la noche, ¿cuando piensas ducharte para salir? —

¿Pero cuando dormí?

Bufé y asentí.

— creo que estaba bastante cansado — susurre y me adentré con el — espérame aquí a que me duche —

Me adentré a la ducha y me di un baño de agua caliente, afuera hacía bastante frío y sobre todo por estas horas tan tarde.

Salí, me puse unos vaqueros negros, una camiseta blanca y un chaleco negro.

— a si pareces un bad boy — dijo Josep riendo.

— ¿y que te hace pensar que no lo soy? — pregunté serio.

— pues porque tienes amigos —

— no tengo amigos, solo a ti y de milagro — al final de la frase le sonreí.

[...]

— ¿donde mierda está eso? — pregunté muy alterado.

No encontrábamos el dichoso club que me dijo Josep.

— solo sé que está casi saliendo de la ciudad —

— ¡y es donde estamos! — grité.

Me miró algo furioso.

— ¿relájate vale? ¡Porque yo aún no he ido en mi vida para saber donde se encuentra! —

Pase de él y puse el GPS.

Después de 10 minutos llegamos.

Era un club demasiado llamativo ya que todo era de luces azules, Fuentes por todos los lados...

Entramos y los hombres nos inspeccionaron pero al darse cuenta de que era Drake me dejaron entrar sin rechistar junto a Josep.

Narra Ana.

Estábamos en la habitación las tres, Isabella vistiéndose para la actuación y yo intentando relajar a Marta de nuevo.

— yo no quiero salir ahí otra vez, para que me toquen y me golpeen... — dijo llorando.

— mira, escúchame, tú solo déjate llevar y pasará todo — lo dice la que más miedo tiene — eso es mejor a que venga Walter —

Al decir eso ella se relajó, asintió y me abrazo.

Viviendo En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora