Cap. 9

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Nos quedamos con barbara palvin.

Me penetraba lentamente haciendo que me aferre a su espalda del placer que sentía.

Su respiración en mi oído aumentaba mis latidos de una manera increíble...

El encima de mi me agarró de la cintura y me puso debajo de el, agarro mi cintura y comenzó a manejarme hasta que pude hacerlo sola. El reposaba en la cama mientras yo saltaba encima de él sentada y oía como su respiración era rápida.

Después de estar a si un buen rato, me puse a cuatro patas en la cama y el se posicionó detrás de mi, entro en mi lentamente y gemí porque sentía un poco de dolor, no estaba acostumbrada a esa penetracion.

No quería que siguiera por ahí y me puse nerviosa porque era extraño y algo doloroso, pero no podía negarme... órdenes de Walter.

Solté un gemido doloroso.

— relájate — susurro acariciando mi espalda baja.

Agarre las sábanas fuertemente.

— iré lentamente — volvió a decir.

Suspiré.

— me duele — me quejé.

Salió de mi y me levanté quedando de rodillas en la cama.

Me giré y él estaba frente a mi.

Tomo mi rostro acariciandolo.

— ¿nunca te hicieron penetracion anal? — preguntó.

Desvíe mi vista porque sentía vergüenza y no sabía que contestar.

— si, solo que muy pocas veces y no estoy acostumbrada —

— conmigo te acostumbrarás — dijo sonriendo.

Nos tumbamos lateralmente el detrás de mi pegado, subió una de mis piernas y me penetraba rápidamente.

Comencé a gritar y el a respirar fuertemente en mi oído.

Mi sexo ardía de manera que me entraba calor por todo el cuerpo y de repente el interior de mi cuerpo sintió una electricidad que me hizo gritar de placer.

Creo que a Drake le paso igual porque su respiración era muy exagerada.

— Dios... — susurro.

Eche mi cabeza hacia atrás apoyada en el hombro de Drake del cansancio y deseaba dormir.

— esto no acaba aquí Alice — dijo divertido.

Nos levantamos y el puso un vinilo en el reproductor de música y comenzó a sonar por toda la habitación una canción lenta.

Estaba enredada en la sabana y el en bóxer, parecía una película.

El extendió la mano.

Mire su mano por segundos y acepte ir con él arrastrando la sabana hasta el gran espacio que había en la sala.

Me apegue a él y me rodeó por la cintura para comenzar a movernos por todo el espacio.

En ese momento me sentí tan relajada, tan viva...esto era algo diferente, solo éramos los dos y yo era de verdad yo.

— se te da muy bien bailar — dijo con su voz ronca haciéndome sentir un escalofrío.

— solo me dejo llevar — respondí.

Seguimos a si por segundo y me separe de él para mirarle.

No tardo ni un segundo para tomar mi rostro con sus grandes manos y besarme.

Viviendo En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora