Narra Alice.
Ha pasado una semana y durante esa semana Walter cambio muchas reglas del pub.
Ahora estará abierto el pub todos los días menos los miércoles y los domingos cuando antes solo abrían los jueves y los fin de semana.
Ahora solo algunas chicas podían salir del hotel con sus clientes, dentro de esas chicas no estoy yo.
Nos dieron un horario de las comidas y serán todos los martes por la mañana, los jueves por la mañana, los sábados por la mañana y los domingos por la noche...algo positivo, algo que antes no comía casi nada, pero nos puede castigar con una semana sin comer.
Las demás reglas eran tonterías.
Hoy era miércoles y no había que trabajar.
Decidí dormir todo el día ya que el sueño me mataba y menos mal que Marta y Helena no estaban en la habitación para molestar.
[...]
Desperté por que un hombre de Walter entró, me levanté como nueva y sin noción del tiempo.
— vamos — dijo el.
Estaba extrañada y me levanté hasta que me llevo al comedor.
No estoy nada acostumbrada a esto y se me olvida el tema de los horarios para ir al comedor.
Cogimos nuestras bandejas con un pequeño menú como siempre y busqué una mesa sola para sentarme y comer.
Mientras comía sentí de repente que un líquido caía por mi pelo, al girarme rápidamente vi a la italiana Isabella.
— ¿¡pero que haces?! — le grité levantándome.
Ella se reía como toda la sala.
— uy Alice, sólo fue sin querer, no hace falta que te pongas a si — dijo burlona.
La empuje y acabo en el suelo.
— ¿¡que pasa aquí?! — oí a Walter.
Todas dejaron de reír a carcajadas.
— solo se me resbaló la bebida da de las manos hacia ella y me empujó contra el suelo — se defendió.
— sabes que no pasó eso Isabella — le dije.
— ¿¡no sabéis comportaros como personas normales?! — dijo — ¡os dejo que vengáis más a comer para no morir de hambre como las ratas y a si me agradecéis! —
No dije mas nada.
— lo siento...pero sabes que esa no era mi intención — dijo ella poniendo pucheros como una zorra.
— no importa — respondió el — tú, estás castigada y comerás hasta que me dé la gana a mi, a si que prepara tu estómago para varios días de hambruna —
— ¿¡pero que?! ¡No es justo! Dijo mentiras — grité.
— ¡cállate y vete a tu habitación! —
Me fui cabreada.
Menos mal que comí algo de lo de hoy para aguantar hasta que el viejo asqueroso le dé la gana y todo por la culpa de esa zorra.
A veces pienso en cambiar mi carácter, de ser más rebelde, de ser como una prostituta que está aquí por que le gusta, pero eso no sale de mi y solo sé ser una sumisa de todos.
Me tiro a la dura cama mirando al techo sin pensar en nada, solo tener la mente en Blanco y olvidar todo por unos segundos.
[...]
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Viviendo En La Oscuridad
RomanceAlice es destaca en el club como si fuera una joya, pura e inocente. Vive en un mundo en el que no encaja. Con su cándida inocencia, todos los hombres quieren aprovecharse de ella, pero desde que llega Drake, el solo puede tocarla, el solo puede sen...