Cap 12.

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Narra Alice.

Marta y yo estábamos ya cansadas de trabajar, eran las 1:30, no teníamos más fuerzas y eso que solo paso dos horas desde que comenzamos a trabajar...y lo que aún queda.

Digo que estamos cansadas ya que estuve con 4 clientes y Marta con 5. Hoy había bastante gente.

— menos mal que comimos antes de trabajar, si caeríamos muertas al suelo — dijo Marta.

— si, creo que Walter lo tuvo previsto —

Y en verdad comimos bien, ensalada, una sopa de verdura y pescado. La primera vez que teníamos un buen menú y encima de tres platos.

— si mi vida entera se basa en esto, prefiero morir — susurro apoyando su espalda en la pared del baño.

— pues mi vida es así, y ya te digo que una se acaba acostumbrando — dije.

Ella no respondió.

— tengo una idea — dije — quédate en el baño hasta que acabe la noche, puedes descansar —

Ella me miró extraña.

— ¿que? ¿Y tú? ¿Enserio es una buena idea? — preguntó nerviosa.

— si, tranquila, yo seguiré trabajando o sino será mucha casualidad y se darán cuenta — hice una pausa — yo lo hacía antes, yo vendré a por ti —

Ella asintió.

Le di un beso en la mejilla y me fui.

Me quedaría con Marta pero prefiero que esté ella ahí, se ha convertido como una hermana pequeña para mi y quiero que al menos descanse un poco.

Caminaba por el club mientras todos me comían con la mirada ya que llevaba un vestido de látex rojo muy corto, de verdad odio esta ropa.

Mi mirada choco con la de Walter que estaba sentado con un hombre. Mi mira y con una señal me dijo que me acercara. A si lo hice.

Fui y el me rodeó con su brazo mi cintura.

— hola — salude.

Ellos sonriendo.

— ¿y está joya quien es? — preguntó el acompañante de Walter.

— tú mismo lo has dicho, una joya, la joya del club — respondió Walter muy orgulloso.

— pues entonces me sentiría muy afortunado si paso la noche con ella — dijo mirándome pícaro.

Walter me dio dos Palmaditas en el muslo para levantarme con el.

— toda tuya amigo — dijo Walter para luego irse.

El hombre soltó una carcajada.

Me senté y me miró los pechos.

— suena muy bien...toda tuya... — susurro en lo último.

Sonreí para parecer amable.

— ¿como es tu nombre, bonita? —

— Alice...¿Y el tuyo?— respondí.

— Alice...tan dulce como tú voz — dijo — Leonardo —

Hasta su propio nombre decía su edad...unos 55, que horror.

Sonreí de nuevo.

— ¿quieres tomar algo más? — le pregunté.

— si, quiero conocerte más — dijo seductor.

Asentí y me levanté para traerle lo que estaba tomando anteriormente.

Viviendo En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora