Narra Ana.
Me encontraba en mi habitación, la numero 5, en el que la compartía con 2 chicas, Isabella y Marta.
Isabella era una chica de Italia, era muy presumida, estaba aquí por su propia voluntad y se creía superior a todas por ser más suelta.
Marta es española, ella solo tiene 17 años, es la más pequeña de la habitación después de mi ya que Isabella tiene 23 años. Ella no sabe lo que está pasando y está en shock, habla muy poco.
Siempre intento hablar con ella ya que es la única que está así.
Nuestra habitación es una de las mejores ya que somos las que más llamamos la atención en el club, Isabella por ser muy suelta, Marta por ser pequeña y muy guapa y yo por ser tan miedica y a eso les gusta a los hombres...intento no serlo pero me sale solo.
El jefe, Walter, me amenazó varias veces de llevarme a una habitación sucia y sola por mi comportamiento con los hombres, no es que yo les hable más, es que me dan miedo su manera de practicar sexo y siempre me resisto, lloro, intento escapar...eso hace que le ponga una queja a Walter.
Ahora era medio día y teníamos que bajar al comedor, no tenía ganas de verle las caras a todos los trabajadores del club, son aterradores y nos tocan cuando les da la gana.
Alguien tocó la puerta muy fuerte y Marta se asustó.
— relájate — le susurre y le acaricie el brazo.
— y-yo quiero irme d-de aquí — tartamudeó con miedo.
Ella lleva 2 meses aquí y lo está pasando muy mal.
— no te pasará nada, ¿sabes? Yo llevo aquí desde muy bebé y también deseo irme de aquí — le dije mirándola con mucha confianza — si las dos somos fuerte conseguiremos salir de aquí —
Salió Isabella del baño con una toalla en el cuerpo y en la cabeza.
— ¿de verdad que siempre estáis a si? — dijo mirándose las uñas.
No le hicimos ni caso.
— sois unas quejicas, tenéis que vivir la vida — dijo con su acento italiano.
— está no es nuestra manera de vivirla — respondí.
— pues vete —
— eso quise desde hace mucho tiempo —
Me miró con mala cara y se desnudó para vestirse.
— ¡SALID YA! — se oyó de afuera.
Nos pusimos rápidamente de pie y salimos de la habitación.
— ¿¡sois unas estupidas?! — gritó el vigilante — ¡que sea la última vez que tenga que tocar la puerta dos veces! — gritó muy cerca de nuestra cara.
Mis ojos si cristalizaron ya que me da demasiado miedo su cercanía y su modo de gritar.
Nos agarró del brazo muy fuerte a las dos y nos arrastró al comedor.
A Marta se le caían millones de lágrimas por sus mejillas y eso me rompía ya que se le veía tan miedosa, pequeña, inocente...lo mismo pase yo...
Llegamos al comedor y cogimos unas bandejas de plástico, teníamos que hacer cola para coger nuestra comida.
La comida que servían aquí era muy mala, ponían poca cantidad y se basaba en pan de hace muchos días, sopas que saben casi a agua...
El menú de hoy era arroz blanco y un vaso de agua, todo muy pobre.
En este comedor solo comían las chicas que se portaban "mal" y las nuevas, solo pocas chicas como 15 comían en otro comedor de mejor comida...solo estuve ahí 5 veces en toda mi vida ya que me porto mal supuestamente.
ESTÁS LEYENDO
Viviendo En La Oscuridad
RomansAlice es destaca en el club como si fuera una joya, pura e inocente. Vive en un mundo en el que no encaja. Con su cándida inocencia, todos los hombres quieren aprovecharse de ella, pero desde que llega Drake, el solo puede tocarla, el solo puede sen...