Cap 15.

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Narra Alice.

La noche terminó y estaba tirada en un sillón del pub con la respiración agitada.

No sé qué bebí que me hizo sentir muy mal.

Mis ojos se cerraban hasta caer en un profundo sueño y sentí como alguien me cogía en sus brazos.

[...]

Mis ojos se abrían lentamente y sentí que estaba en una cama realmente cómoda, quería quedarme aquí todo el tiempo hasta que sentí una respiración a mi lado.

Abrí mis ojos rápidamente y giré mi cabeza para luego ver a un señor desnudo a mi lado.

Levanté la sabana y yo también lo estaba.

Me estoy muriendo del asco.

Mis ojos se empañaron de lágrimas porque me sentía como una mierda, un objeto, como algo que han usado y han tirado.

Enredé una sábana por mi cuerpo y salí de la habitación corriendo.

En el pasillo me encontré a Walter.

— ¿sorprendida? — dijo riéndose.

— ¿d-de que hablas? — pregunté susurrando.

— gracias a ti me dieron un dineral Preciosa — dijo acariciando mi pelo — sabia que te ibas a resistir a estar con él y yo te puse una pastilla en tu bebida —

Mis lagrimas cayeron de solo imaginar como ese tipo me violaba mientras yo estaba dormida.

Puse mi mano en su pecho y lo empujé.

— ¡eres un cerdo! — grité.

El agarró mi muñeca fuertemente.

— tú eres solo una puta, yo soy tu jefe y hago lo que me da la gana sobre ti, recuerda que te crié aquí y si no fuese por mi estarías muerta en la calle con solo meses de vida —

— prefiero estar muerta antes de estar aquí — susurre entre dientes.

Doblo mi muñeca haciéndome gritar para luego soltarme e irse.

Comencé a llorar ya que mi muñeca dolía demasiado...estaba doblada y enrojecida.

Agarre mi muñeca y fui a la habitación.

Allí dentro estaban las queridísimas amigas en la cama y charlando.

Me miraron asustadas porque iba con una sábana por el cuerpo, el cabello destrozado y los ojos llorosos y negros del maquillaje de la noche pasada.

— ¿que te paso? — preguntó Helena.

No respondí y me fui a la ducha.

Me duché con una mano ya que la otra la tenía inmóvil, no la podía ni mover un poco.

Me vestí con dificultad y fui a la cama.

— ¿Alice? — me llamo Helena.

— no quiero hablar con nadie por favor — dije.

No podía dormir y solo miraba la pared que quedaba pegada a mi cama.

Mis ojos no paraban de soltar lágrimas silenciosas...

Ellas se dieron cuenta y empezaron a murmurar entre ellas preguntando lo que me habrá pasado.

Tocaron fuertemente la puerta y entró un hombre de walter.

— en pie — ordenó — mandatos del señor Walter, os quiere en la sala ahora mismo —

No tenía ganas de verle la cara a ese asqueroso y menos tenía gana de moverme de esta incómoda cama.

Viviendo En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora