Katherine se dirigía hacia la biblioteca, hacia días que había algo en ella, algo que nadie sabía que era.
Entró en la biblioteca y ahí estaba él de espaldas a ella, decidió quedarse en la puerta a admirarlo
—¿Te gusta la vista Katherine?– él no se había dado vuelta, pero ella pudo notar que sonreía
—Es la mejor de todas– lo miró de arriba a abajo, luego se acercó y le dio la vuelta
—Me siento alagado
—Eso esperaba Nathaniel, eso esperaba
—¿Qué haces aquí?– él empezó a acariciar su mejilla
—Venía a buscar algo– ella mordió su labio
—¿Qué cosa?
—Esto– ella colocó sus manos detrás de su cuello y lo besó, él la tomó de la cintura y la levantó, ella entrelazo sus piernas en la cintura de Nathaniel y luego él frenó el beso
—Creo que deberíamos ir a tu habitación, cualquiera podría entrar
Ella asintió y se bajo, agarró su mano y salieron de la biblioteca hacia la habitación de Katherine, al llegar volvieron a besarse, el beso era cada vez más intenso y necesitado, ella lo tiro en la cama y se subió encima de él poniendo sus piernas a cada lado de sus caderas, él la despojó de su remera y luego dio la vuelta sobre ella para empezar a besar su cuello, bajo hasta los jeans de la chica y se los saco, volviendo a besarla.
—Nathaniel, tienes mucha ropa.
Dicho esto le quito su camiseta y sus pantalones, quedando ambos en ropa interior, ella desabrochó su corpiño y luego lo tiro a algún lado de esa habitación, él besaba su cuello, luego empezó a bajar dejando cálidos besos en su pecho y su estómago, ambos se quitaron las prendas que quedaban y empezaron con las embestidas.
Se corrieron al mismo tiempo y en ese momento ella vio los ojos del chico, estaban completamente negros, Kat sonrió y le dijo
—Mi demonio– Él sonrió, fue una sonrisa verdadera, luego la beso y se acostó a su lado.Martina, Bruno y Will fueron hasta la habitación de André, el brujo los recibió muy amablemente, en especial a su novio.
—Díganme tortolitos, ¿Qué les anda pasando?
—No lo sé, tenemos un muy mal presentimiento, es como si algo muy malo fuera a pasar– dijo Bruno
El brujo los miró extrañado y luego habló
—Está bien, ¿Martina podemos ir a tu habitación?, quiero revisarlos ahí
Los cuatro se dirigieron hacia la habitación de Martina, André hizo que se acostaran en la cama, dijo que debía revisarlos en un lugar que tuviera alguna conexión con ellos. André empezó a decir unas palabras para si, no era un idioma que ellos pudieran entender, Martina y Bruno agarraron sus manos, tiraron sus cabezas para atrás y empezaron decir otras palabras, no se podían entender, el brujo se detuvo al ver lo que pasaba, no lo entendía, ¿Qué estaba saliendo mal?, luego se dio cuenta de lo que estaba pasando, giró la cabeza y le habló a Will
—William llama a Magnus– al ver que el chico no reaccionaba insistió– AHORA
El chico salió corriendo hacia el comedor, al entrar todos los ojos fueron a parar a él
—Magnus, algo pasa con Martina y con Bruno, te necesitamos, ya
Todos corrieron hacia la habitación para ver lo que pasaba, al ver lo que pasaba Magnus le pidió a André que le explicara, el joven le explico lo que había pasado y Magnus intento soltarlos, lanzó una maldición al notar que no era posible, empezó a recitar un hechizo, pero nada, ellos hablaban cada vez más fuerte y su runa Sharatai brillaba, pero brillaba de un color rojo, tan fuerte como la sangre, y sangre es lo que corría de la nariz de estos chicos, y luego dolor, al principio gemidos de dolor que luego se tornaron en gritos, Magnus seguía intentando, pero nada funcionaba
—André, necesito que vengas del lado de Bruno, yo estaré del lado de Martina, recitaras conmigo.
Ambos empezaron a recitar, cada vez más fuerte, ambos se debilitaban, Alec y Will les prestaron fuerzas para que siguieran intentando.
Sangre salía de los ojos de Martina y Bruno, los gritos de él se fueron apagando, pero no los de ella. Bruno despertó jadeante, miró a Martina aún en el sueño, luego miró a los dos brunos tratando de despertarla, se levantó de la cama algo mareado y fue corriendo como pudo hasta su habitación, agarró de una caja un collar, era una correa negra con un gran dije de plata, volvió a la habitación de Martina y cayó de rodillas junto a Magnus.
—Usa esto– el brujo lo agarró y al hacerlo Bruno se desmayó, estaba muy débil y no pudo evitarlo, Lara y Nick fueron a asistirlo.
Magnus agarró el collar y comenzó a recitar otro conjuro, el cuerpo de Martina empezó a sacudirse y ella gritó cada vez más fuerte, luego de eso abrió sus ojos y se sentó en un instante tomando una gran bocanada de aire, para luego caer desmayada sobre la cama.
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El ángel de las plumas doradas (Cazadores de Sombras)
Ficção AdolescenteEsta historia es una aparte a todo lo que es el mundo de Cazadores de Sombras de Casandra Claire. Esto que voy a escribir no pasa en los libros, es solo una historia de algo que a mi me gustaría que sucediera. En fin, espero les guste esta historia