Capítulo 1

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No puedo decir que mi vida era color de rosas todo el tiempo. Tuve altos y bajos pero la mayoría del tiempo estaba llena de grandes recuerdos y memorias.

En mi familia todos éramos felices porque nos teníamos para apoyarnos y ayudarnos entre sí cuando las cosas no iban bien.

Mi madre es la mujer más especial en el mundo, básicamente podría decir que es la mejor madre del mundo… como todo el mundo decide llamar a la suya. Mi padre, por otra parte, pienso que es el ser más cariñoso y un tanto reprochador a veces, pero lo sigo queriendo igual.

Todo iba de maravilla hasta aquel día. El día en que me vida cambio para siempre.

Yo estaba sentada en mi habitación, recortando figuras de un catalogo de comida para pegarlas en un collage que estaba haciendo sobre una cocina. Fue en ese momento en que escuche que llamaban a la puerta. Observe hacia la ventana y luego hacia el reloj que había en la pared de mi cuarto.

Ocho treinta.

¿Qué persona tendría la necesidad de ir a esa hora a mí casa? Es decir… la hora de la cena ya había pasado y por lo general todo el mundo no sale de sus casas para entonces.

Nosotros no esperábamos a nadie por lo que me llamó mucho la atención. Deje de recortar y corrí hacia la ventana. Mi habitación daba hacia la calle, por lo que podía ver la puerta principal sin inconvenientes.

Pude ver a dos hombres con gabanes negros hasta el piso. Llevaban puesto un sombre del mismo color, por lo que no pude verle las caras. Ambos estaban hablando con mis padres. Gesticulaban con sus manos y mis padres solo asentían reiteradamente.

Me invadió la curiosidad de saber quiénes eran aquellas personas y porque demoraban tanto en hablar con mis padres.

Me pareció un poco raro que ni mi madre ni mi padre los invitara a pasar.

¿Serían extraños? Fue la idea más razonable que encontré pero… si era así, ¿Por qué estaban tan interesados en lo que les decían?

Llego un momento en el que me aburrí de esperar a que se fueran que decidí volver a mi collage, pero en ningún momento mi cabeza dejo de pensar en aquellos hombres. Se hicieron las nueve, nueve y media y para cuando iban a ser menos cuarto, escuche como la puerta principal se cerraba. Me levante como un rayo de mi cama y corrí hasta la ventana para ver como aquellos hombres se dirigían a su auto, el cual tenía aspecto de ser muy caro. Creo que se trataba de un Camaro porque se parecía al de la película Transformers.

En ese momento escuche como mis padres me llamaban por mi nombre.

¡Ashley!

Salte de la repisa de la ventana y corrí como un rayo hasta bajar por las escaleras. Delante de mí tenía a mis padres, sonriéndome sin igual.

— Te tenemos una gran sorpresa —Dijo mi padre.

— ¿En serio? —Grite poniendo mi mejor cara de alegría.

Mi madre asintió y observo por un momento a mi padre para luego mirarme a mí.

— ¡Iras a un campamento de verano! —Dijeron al unísono.

Yo salté de la alegría, estaba super emocionada.

Tenía siete años y jamás había ido a un campamento por lo que ir a uno debería ser lo más genial en la historia. Había visto varias películas sobre campamentos en la TV y me entusiasmaba mucho la idea de asistir a uno.

Me emocioné tanto por la noticia que me dejaron de importar aquellos hombres. Quizás, pensé, que ellos eran los directores de aquel lugar y habían venido a hablar con mis padres. Posiblemente, mis padres habían organizado todo esto sin decirme nada y estos hombres habían venido a confirmar todo.

E L Y S I U MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora