Capítulo 9 - Parte II

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La punzada en su estómago era demasiado fuerte.  Se encorvaba y apretaba el vientre con sus manos, mientras dejaba escapar pequeños gritos de dolor. Las lágrimas caían tal río embravecido.

No. No, Logan no podía estar allí… ¡Él no podía ser aquella cosa! ¡NO!

Sean le había mentido. Le había dicho que estaba bien cuando en realidad estaba sufriendo. ¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué le mintió?

Fue en ese momento en que sintió como una mano se posaba sobre su hombro. Ashley se sobresaltó y se dio media vuelta, solo para encontrarse con el rostro de Sean.

— Tú no tendrías que estar viendo esto —dijo en tono serio, pero con un tinte de melancolía.

Ella simplemente se lo quedo mirando, manteniendo un rostro inexpresivo. Pero luego de un par de segundos, su rostro se lleno de furia y comenzó a empujar a Sean con violencia.

— ¡ME MENTISTE! ¡ME MENTISTE! —lo golpeo hasta dejarlo arrinconado contra la pared—. ¡DIJISTE QUE ESTABA BIEN! ¡LO DIJISTE! —siguió golpeando su pecho una y otra, y otra vez.

Sean simplemente se quedaba allí de pie sin hacer algo al respecto. No mostraba ninguna emoción en su rostro salvo la de tristeza.

Aspen quería interrumpir y separarlos pero por alguna razón, algo dentro de él le decía que no debía de hacerlo. Todo estaría bien.

Finalmente, a medida que los segundos avanzaban, Ashley iba haciendo sus golpes con menos fuerza hasta el punto en que ya no pudo golpear a Sean más y simplemente se desplomo sobre su pecho. Él la abrazo y ella no se negó.

Lloraba y ninguno de los dos jóvenes que allí había sabían qué hacer para consolarla.

— Sabía que si te lo decía te pondrías así.

Ashley se separó de él y lo miro con ojos de rabia.

— Sabes lo importante que es él para mí… —dijo entre dientes—. ¡Y tú me mentiste! ¿Por qué hiciste esto?

— ¡Por esto! Porque sabía qué harías exactamente lo que estás haciendo ahora y eso arruinaría la misión.

— ¡Al diablo la misión!

— ¿Al diablo? ¡Sí tu no sales de aquí él tampoco! Te volverán a poner en tu habitación y seguirás soñando con tu desperfecta vida mientras él sigue sufriendo.

— ¡¿Y por qué?! ¿Qué tiene de diferente este proyecto? ¡¿Qué es lo que le hacen?!

— Es difícil de explicar.

— ¿Difícil? ¡¿Qué no lo escuchas?! ¡Se supone que no gritamos y a él parece que lo están matando!

— ¡Ustedes gritan también! —dijo alzando la voz pero rápidamente se calmó—. Gritan porque sienten tanto dolor que es la única forma que el cuerpo encuentra para dejarlo salir.

— ¿Por qué es el dolor? —preguntó Aspen.

—Por el tipo de sueño que te hacen vivir. Algunos son tan dolorosos que simplemente gritar es la única forma que existe para descargarte. Otras veces basta con un simple apretón de manos o un leve movimiento. El problema es que lo que le hacen vivir a Logan es una completa tortura.

— ¿Qué es lo que le hacen? —preguntó más calmada Ashley, pero con voz entrecortada.

— ¿Sabes que es lo que usan los científicos para probar sus inventos? ¿Cuando éstos aun no salen al mercado? —Ashley y Aspen simplemente callaron—. Usan ratas. Ratas de laboratorio. Y eso es lo que Logan es.

E L Y S I U MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora