La luz fluorescente de aquellos extraños tubos de luz de forma circular era tan brillante que Ashley apenas podía ver con claridad. Tuvieron que pasar algunos segundos hasta que su vista mejoró y finalmente, la intensa luz desapareció.
Observo a su alrededor con asustadizos ojos azules. Había muchas máquinas rodeándola. Eran extrañas y todas hacían ruidos diferentes.
Había panales transparentes, los cuales parecían ser computadores ya que gráficos y demás se dibujaban en ellos.
La habitación era enorme pero todo estaba tan cerca de ella que parecía que todo se cerraba a su alrededor.
Intentó colocarse de pie pero le fue imposible. Correas amarraban sus manos, impidiéndole levantarse. Pero eso no fue lo que más le asustó, sino que fueron los millones de cables que salían de todas partes de su cuerpo a diferentes máquinas.
Comenzó a desesperarse. Intentaba con toda desesperación escapar de aquel lugar.
¿Adónde estaba? ¿Qué era aquel lugar? ¿Por qué no podía recordar nada?
Un llanto de melancolía apareció de inmediato.
No podía escapar. No podía escapar de ese misterioso lugar. ¿Qué se supone que estaban haciendo con ella? ¿Por qué no había nadie allí para explicarle?
La desesperación la consumió por completo hasta el punto en que empezó a llorar y a gritar. Tal vez si hacía eso alguien la escucharía y vendría en su ayuda. Pero fue entonces cuando una pregunta apareció en su mente. ¿Qué tal si aquel lugar era malo? ¿Qué tal si las personas de allí no tenían ninguna intención de ayudarla?
Eso hizo que todo se intensificara el doble y se pusiera más nerviosa.
Jamás había notado que estaba vestida con tan solo una bata. ¿A dónde estaba su ropa? ¿Qué diablos querían las personas o cosas que la habían llevado a ese lugar?
Fue en ese momento en que una puerta de acero plateado se abrió por completo y un joven, de entre unos veinte y veintidós años apareció. Tenía el pelo castaño y unos misteriosos ojos verde vivo.
Ashley se espantó. ¿Qué tal si él era malo? La ropa que traía era como la de alguien normal (con excepción de la bata blanca), pero por alguna razón tenía en su mente que no podía confiar en nadie.
Intentó alejarse lo más que pudo de él pero le fue inútil, estaba atada y por más que lo quisiera no podía ir a ningún lado. Estaba condenada.
— Por favor no me hagas daño, por favor —dijo entre lágrimas.
— No voy a lastimarte, vengo para ayudarte—dijo con voz decidida. Por alguna razón a Ashley le resultaba conocida.
Ashley desconfiaba un poco de él. Un extraño entra en aquel lugar ¿y dice que la ayudará? ¿De qué se trataba todo eso?
Aquel joven comenzó a quitarle con rapidez todos los tubos que estaban incrustados en su cuerpo. A medida que los iba retirando, un hilo de luz blanca parecía salir de dentro de su piel hasta estirarse por completo y luego romperse y desintegrarse en el aire. Enormes agujas eran las que mantenían a aquellos tubos aferrados a su cuerpo, y para ser honestos, ardía y dolía mucho.
Pequeños agujeritos quedaban marcados en su piel y Ashley tenía la leve sensación de que jamás se irían. Quedarían como una cicatriz permanente.
— ¿Quién eres? —preguntó con temor a aquel joven.
— Me llamo Sean, ya nos conocimos, pero aun no puedes recordar nada. —Se volteo para mirarla directamente a los ojos—. Pero no te preocupes, a medida que pase el tiempo iras recuperando la memoria.
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E L Y S I U M
FanfictionSi tu vida es una miseria y casi nada bueno pasa en ella, lo más probable es que sea una mentira. Una completa fantasía. Puede que seas un proyecto. Un proyecto de Elysium. Copyright © All Rights Reserved Obra registrada en Safe Creative