Capítulo 17 ÚLTIMO

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El ambiente comenzó a ponerse algo tenso. Sean intentaba pensar en algún plan que pudiese ayudarlos pero parecía que había exprimido todas sus ideas. Por otra parte, esas enormes maquinas dejaron de disparar y simplemente se concentraron en apuntarles. Todos ellos sabían que ni bien estuviesen delante de ellos, los matarían.

La tensión iba en aumento cuando todos vieron como faltaba solo un par de metros para pasar por al lado de esas enormes bestias.

— ¿Aspen qué diablos haces? ¡Nos vas a matar! —gritó Sean—. ¡Mejor dobla!

— ¡Tengo un plan!

— ¿Y crees que funcione? —preguntó Logan.

— Vamos a averiguarlo.

Aquellas palabras no fueron muy alentadoras para los demás. No era momento para jugar, un solo error y estarían hasta el día de su muerte en aquel maldito lugar… Si es que ese día no era su funeral.

— ¡Agáchense y sujétense de algo!

Todos hicieron lo que él dijo. April y Sean se recostaron en la parte trasera, aferrándose a una correa de cuero que sobresalía de un costado. Logan, por otra parte, se escondió debajo del tablero, aferrándose a la guantera.

Aspen tenía la mirada fija en ambos vehículos. Los dos estaban apuntándoles con un enorme cañón y ni bien pasasen al frente de ellos, les dispararían.

— Por favor que funcione. —rezó.

Faltaba poco para que estuviese justo en la zona de disparos, y cuando finalmente lo hizo, lo inesperado sucedió.

— ¡Sujétense con fuerza!

Y antes de que todos pudiesen razonar, Aspen apretó a fondo el freno, haciendo que la camioneta desacelerara con violencia.

Las bombas salieron disparadas de los cañones, sin siquiera darles tiempo a los tiradores a reaccionar. Cuando menos lo pensaron, las  bombas iban dirigidas hacia ellos mismos, haciendo explotar ambos vehículos.

La enorme explosión subió unos cuantos metros hacia arriba, haciendo que una enorme cortina de fuego se elevara por los cielos.

Aspen dejó de presionar el freno y pasó al acelerador pero en vez de ir hacia adelante, continuó el trayecto a la inversa.  

— ¡Aspen detente! —gritó Sean al ver aquellos tanques cada vez más cerca.

— Todavía no termina.

Y fue entonces cuando Sean comprendió lo alocado del plan del joven.

Las balas comenzaron a repiquetear sobre la camioneta a medida que pasaban entre medio de los tanques, hasta que llegó un momento en el cual la camioneta salió del rango de disparos y comenzaron a dispararse entre ellos.

Uno de los disparos rompió la ventanilla del conductor y lo mató, haciendo que el vehículo perdiera el control y se dirigiera hacia la zona de explosión, donde el fuego seguía ardiendo.

Más de un vehículo terminó en el mismo lugar debido al alboroto que Aspen había creado.

Las explosiones eran cada vez más frecuentes y ensordecedoras.

El traqueteo en la camioneta era infernal debido a los sube y baja que ésta hacia. Los posos en el césped eran bastante frecuentes y parecía como si estuviesen en una montaña rusa.

El freno del auto se activó y las marcas de los neumáticos se dibujaron en el suelo. Cuando la camioneta se detuvo, Aspen dejo escapar un grito de euforia. ¡Lo había logrado!

E L Y S I U MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora