¡Jungkook No! [KookJin]

» ¡Veinticinco!

Una semana.
Viernes/Sábado.

— Imaginamos que dirían algo cómo eso — Jimin colocó sus ojos en blanco y con un suspiro lleno de exasperación se dirigió hacia nosotros dos — Es por ésa precisa razón que entre los seis hicimos algo especial para ustedes. Porque sé que ambos se quieren, pero son muy orgullosos como para admitirlo luego de una pequeñísima pelea.

Jin y yo, nos negábamos a hablarnos. Dijimos muchas verdades hirientes. Pero eran eso, palabras que hablaban con sinceridad. Creo que ya habíamos dejado más que claro que no queríamos nada entre nosotros..., o bueno, Jin hyung lo había dejado claro.

— ¡Oye! — Tanto Jin hyung como yo dijimos al unísono para demostrar nuestro desacuerdo ante la afirmación de Jimin.

— ¿Ven? Par de tontos. En fin. Ya nosotros les dinos una oportunidad, ahora ejecutaremos nuestro plan. Digan lo que digan, hagan lo que hagan. Mañana nos vemos en la escuela, sé que mañana es no hay clases por yo no sé qué, da igual, nos ayudará a realizar nuestro plan. ¡Nos vemos mañana en la secundaria! — Me giré irritado, no tenía intenciones de ir y obviamente, no lo haré — Ah sí, se me olvidó decirles que si no van, nosostros mismo lo llevaremos, ¡Por la buenas o por las malas!

Jimin sonrió de manera inocente, como siempre lo hacía. Jodido enano cu...

«Ése chico me cae bien, pone tu estupidez en su lugar..»

Aish, no empieces tu también.

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Jimin a las siete de la mañana ya me estaba sacando de la cama, pero a mí no se me apetecía levantarme. ¡Estaba soñando que Jin hyung, me..., bueno, me besaba! ¡Aish!

— ¡No, no quiero! ¡Déjame enano hijo de..!

De repente sentí como mi pobre orejita era pellizcada por unos pequeños dedos. Como ya lo sabía era Jimin, ya que cada vez que él se enojaba me hacía eso. Y dolía mucho, mucho...

— ¿Qué dijiste, mi hermoso Kookie? — Pregunta con dulzura, mientras seguía jalándome mi orejita...., me dolía...

— ¡Qué Jiminie hyung es el mejor del mundo mundial! — Chillé buscando liberarme de su fuerte agarre.

— ¿Y...?

— ¡Qué lo quiero mucho! — Chillé y suspiré con alivio cuando soltó mi orejita. La tomé entre mis dedos, seguro y estaba toda rojita...

— ¡Así me gusta! ¡Ahora levántate conejo hormonal, Oops, digo, conejo anormal! Sí eso.

Lo miré mal mientras mantenía un puchero en mis labios debido al dolor que sentía. Jimin me miró con ternura.

— ¡Ah, eres una bolita manipuladora de ternura! ¡Te comería besos!

Abrí mis ojos en sobremanera al imaginármelo haciendo eso...., en mi rostro, conmigo, ¡Asca! Me levanté de la cama rápidamente con una expresión de asco. Ahora era Jimin viéndome mal.

— ¡Estúpido Jeon Jeongguk!

Escuché como Jimin decía a mis espaldas.